Curso con Domingo Melero
La comunicación forma parte de la experiencia.Otra conclusión : Tener conciencia de ser en la tradición es también lo profundo humano . Hay un lenguaje . El lenguaje se construye en lo personal . Pero , ..., es necesario cultivar fuentes de inspiración. La duda sobre las nuevas generaciones:Dos conceptos fundamentales distinguir: Espiritualidad sin religión Otro tema :Analizando a Machado y a Lorca : Ambos utilizan versos libres. Cánticos de san Juan de la cruz : |
martes, 17 de noviembre de 2015
Síntesis sobre Melero : Jeannete Cordero
miércoles, 4 de noviembre de 2015
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miércoles, 28 de octubre de 2015
Centro Dominico de Investigación Poesía y Espiritualidad, Domingo Melero : extractos
Conocimiento de sí y de Dios. Dios interior. (Juan de la Cruz)
«Oh, pues, alma hermosísima entre todas las criaturas, que tanto deseas saber el lugar donde está tu Amado para buscarle y unirte con él, ya se te dize que tú misma eres el aposento donde él mora, y el retrete y escondrijo donde está escondido: que es cosa de grande contentamiento y alegría para ti, ver que todo tu bien y esperanza está tan cerca de ti que está en ti, o, por mejor dezir, tú no puedes estar sin él. Catad, dice el Esposo, que “el reyno de Dios está dentro de vosotros”. Y su siervo el apóstol san Pablo: “Vosotros, dize, sois templo de Dios”. Grande contento es para el alma entender que nunca Dios falta del alma, aunque esté en pecado mortal, quanto menos de la que está en gracia. ¿Qué más quieres, o alma, y qué más buscas fuera de ti, pues dentro de ti tienes tus riquezas, tus deleytes, tu satisfación, tu hartura y tu reyno, que es tu Amado a quien desea y busca tu alma? etc.» (Cántico, com. estrofa I, Manuscrito de Jaén).
LEGAUT : Estamos terriblemente instalados en la vida. La situación privilegiada del funcionario seguro de su sustento cotidiano, la familia, la vejez, el papel social, nuestra clase, nación, época, todos esos asientos que podrían ser sólo asentamientos, todas esas fuentes de estabilidad que podrían no serlo de estancamiento, pero que de hecho lo son, si no de derecho. Nada grande, nuevo, creador pueden hacer los que no son capaces de vivir aquí abajo como deportados.» (Fragmento de una carta de 1946 al padre Gaudefroy)
«Oh, pues, alma hermosísima entre todas las criaturas, que tanto deseas saber el lugar donde está tu Amado para buscarle y unirte con él, ya se te dize que tú misma eres el aposento donde él mora, y el retrete y escondrijo donde está escondido: que es cosa de grande contentamiento y alegría para ti, ver que todo tu bien y esperanza está tan cerca de ti que está en ti, o, por mejor dezir, tú no puedes estar sin él. Catad, dice el Esposo, que “el reyno de Dios está dentro de vosotros”. Y su siervo el apóstol san Pablo: “Vosotros, dize, sois templo de Dios”. Grande contento es para el alma entender que nunca Dios falta del alma, aunque esté en pecado mortal, quanto menos de la que está en gracia. ¿Qué más quieres, o alma, y qué más buscas fuera de ti, pues dentro de ti tienes tus riquezas, tus deleytes, tu satisfación, tu hartura y tu reyno, que es tu Amado a quien desea y busca tu alma? etc.» (Cántico, com. estrofa I, Manuscrito de Jaén).
LEGAUT : Estamos terriblemente instalados en la vida. La situación privilegiada del funcionario seguro de su sustento cotidiano, la familia, la vejez, el papel social, nuestra clase, nación, época, todos esos asientos que podrían ser sólo asentamientos, todas esas fuentes de estabilidad que podrían no serlo de estancamiento, pero que de hecho lo son, si no de derecho. Nada grande, nuevo, creador pueden hacer los que no son capaces de vivir aquí abajo como deportados.» (Fragmento de una carta de 1946 al padre Gaudefroy)
TERESA: "A pocos pocos": «Querría mucho el Señor me favoreciese para poner [por escrito] los
efectos que obran en el alma estas cosas, que ya comienzan a ser sobrenaturales (...). Ayúdame poco
el poco tiempo que tengo, y así ha menester Su Majestad hacerlo [favorecerme], porque he de andar
con la comunidad, y con otras hartas ocupaciones (como estoy en casa que ahora se comienza,
como después se verá), y así es muy sin tener asiento lo que escribo, sino a pocos a pocos, y esto
quisiérale [tener asiento].»
(...)
Busca líneas de desnudo, que aunque trates de envolvernos en lo vago de la niebla, aun la niebla tiene líneas y se esculpe;
ten, pues, ojo, no las pierdas.
Que tus cantos sean cantos esculpidos, ancla en tierra mientras tanto que se elevan, el lenguaje es ante todo pensamiento,
y es pensada su belleza.
Sujetemos en verdades del espíritu
las entrañas de la formas pasajeras,
que la Idea reine en todo soberana; esculpamos, pues, la niebla.
3. UNAMUNO: "Credo poético"
Piensa el sentimiento, siente el pensamiento, que tus cantos tengan nidos en la tierra,
y que, cuando en vuelo a los cielos suban, tras las nubes no se pierdan.
Peso necesitan, en las alas peso,
la columna de humo se disipa entera, algo que no es música es la poesía,
la pesada sólo queda.
Lo pensado es, no lo dudes, lo sentido. (...)
No te cuides en exceso del ropaje,
de escultor, no de sastre, es tu tarea,
no te olvides de que nunca más hermosa
que desnuda está la idea.
No el que un alma encarna en carne, ten presente, no el que forma da a la idea es el poeta
sino que es el que alma encuentra tras la carne tras la forma encuentra idea.
Piensa el sentimiento, siente el pensamiento, que tus cantos tengan nidos en la tierra,
y que, cuando en vuelo a los cielos suban, tras las nubes no se pierdan.
Peso necesitan, en las alas peso,
la columna de humo se disipa entera, algo que no es música es la poesía,
la pesada sólo queda.
Lo pensado es, no lo dudes, lo sentido. (...)
No te cuides en exceso del ropaje,
de escultor, no de sastre, es tu tarea,
no te olvides de que nunca más hermosa
que desnuda está la idea.
No el que un alma encarna en carne, ten presente, no el que forma da a la idea es el poeta
sino que es el que alma encuentra tras la carne tras la forma encuentra idea.
(...)
Busca líneas de desnudo, que aunque trates de envolvernos en lo vago de la niebla, aun la niebla tiene líneas y se esculpe;
ten, pues, ojo, no las pierdas.
Que tus cantos sean cantos esculpidos, ancla en tierra mientras tanto que se elevan, el lenguaje es ante todo pensamiento,
y es pensada su belleza.
Sujetemos en verdades del espíritu
las entrañas de la formas pasajeras,
que la Idea reine en todo soberana; esculpamos, pues, la niebla.
4. Aspectos de la poesía según Antonio MACHADO
a) La poesía es conversación.
"El que no habla a un hombre, no habla al hombre; el que no habla al hombre, no habla a nadie." (JM I, XLIX). "Poned atención / un corazón solitario / no es un corazón" (CLVI, lxvi)
No extrañéis, dulces amigos, / que esté mi frente arrugada. / Yo vivo en paz con los hombres / y en guerra con mis entrañas. (CXXXVI, xxiii)
Converso con el hombre que siempre va conmigo, / --quien habla solo espera hablar a Dios un día--; / mi soliloquio es plática con este buen amigo / que me enseñó el secreto de la filantropía. (XCVII)
b) La poesía es «palabra esencial en el tiempo» (PPC, 1802). «Porque sólo la creación apasionada triunfa del olvido» (PPC, 1942).
Ni mármol duro y eterno, / ni música ni pintura, / sino palabra en el tiempo (CLXIV, xvi, i).
Ya en otra ocasión definíamos la poesía como diálogo del hombre con el tiempo, y llamábamos «poeta puro» a quien lograba vaciar el suyo para entendérselas a solas con él, o casi a solas; algo así como quien conversa con el zumbar de sus propios oídos, que es la más elemental materialización sonora del fluir temporal. Decíamos, en suma, cuánto es la poesía palabra en el tiempo... (JM I, VII).
Hoy es siempre todavía. (CLXI, viii)
¡Oh Tiempo, oh Todavía, / preñado de inminencias! / Tú me acompañas en la senda fría, / tejedor de esperanzas e impaciencia" (CLXIX).
Mientras no suene un paso leve / y oiga una llave rechinar, / el niño malo no se atreve / a rebullir ni a respirar. // El niño Juan, el solitario, / oye la fuga del ratón, / y la carcoma en el armario, / y la polilla en el cartón. // El niño Juan, el hombrecito, / escucha el tiempo en su prisión: / una quejumbre de mosquito, en un zumbido de peón. // El niño está en el cuarto obscuro, / donde su madre lo encerró; / es el poeta, el poeta puro / que canta: ¡el tiempo, el tiempo y yo! (PPC, 818).
Todo pasa y todo queda / pero lo nuestro es pasar...
soliloquio es plática con este buen amigo / que me enseñó el secreto de la filantropía..." (XCVII)
"¿Quién ha punzado el corazón del tiempo? / ¿Quién puso, entre las rocas de ceniza, / para la miel del sueño, / esas retamas de oro / y esas azules flores del romero? ..." (CLVI, v-vi)
(2) -- "Soñé que tú me llevabas / por una blanca vereda..." (CXXII).
"Palacio, buen amigo, / ¿está la primavera / vistiendo ya las ramas de los chopos... (XXVI) "¿Empañé tu memoria? ¡Cuántas veces!" (CLXV, iii)
"Poned atención: / un corazón solitario / no es un corazón" (CLXI, lxvi; PPC, 710).
"El que no habla a un hombre, no habla al hombre; el que no habla al hombre, no habla a nadie." (JM I, XLIX10). ()
"No extrañéis, dulces amigos, / que esté mi frente arrugada. / Yo vivo en paz con los hombres / y en guerra con mis entrañas." (CXXXVI, xxii)
(3) -- "¡Oh, dime, noche amiga,..." (XXXVII).
"... Antes que te derribe, olmo del Duero, / con su hacha el leñador, ... / ... quiero anotar en mi cartera la gracia de tu
rama verdecida..." (CXV).
¡Oh, sí, conmigo vais, campos de Soria, / tardes tranquilas, montes de violeta, /... (CXIII, ix) "Oh, Soria, cuando miro los frescos naranjales..." (CXVI)
"... Late, corazón, ... No todo / se lo ha tragado la tierra." (CXX).
"Oh, no eres tú mi cantar. / No puedo cantar ni quiero..." (CXXX).
"¡Oh soledad, mi sola compañía /..." (CLIV, xv, iv).
(4) -- "Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería. / Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar. / Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía. / Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar." (CXIX)
"Señor, me cansa la vida..."
"O tú y yo jugando estamos / al escondite, Señor, / o esta voz con que te llamo / es tu voz"
"Por todas partes te busco / sin encontrarte jamás, / y en todas partes te encuentro / sólo por irte a buscar" (S. XXIV, i, ii, iii; PPC 759-760).
"... Yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste / y para darte el alma que me diste, / en mí te he de crear. Que el
puro río / de caridad, que fluye eternamente, / fluya en mi corazón. ¡Seca, oh, Dios mío, / de una fe sin amor la
turbia fuente!" (CXXXVII)
Discreción y paciencia del que se conoce pero espera, en la pureza del silencio. Flexibilidad y tenacidad, a través de tiempos y lugares, perseverando en la propia vía. Espera de la presencia que hace ser, en la totalidad del querer.
Búsqueda de la luz que colma, en la integridad del espíritu.
Recogimiento en la soledad del ser, cara al vértigo del vacío.
Oración en la desnudez de la fe, ante Dios, el impensable.
– Armonía y paz, siendo uno mismo sin ser de uno mismo, en la rectitud del mirar, en lo justo del pensar,
en la simplicidad del acto, en la autenticidad del ser, disponible y como inmóvil ante Dios, para recibir y para dar.
– Que cada uno coja su gavilla a lo largo de sus días,
sin prisa pero sin pausa, sin violencia pero sin debilidad, sin miedo ni vértigo, sin exaltación ni ilusión,
sin ambición ni vuelta sobre sí.
– Hacerlo en la presencia de sí y en la de Dios.
Respetar las cadencias propias, los tiempos fuertes y los otros...
Dejar crecer la obra y seguir el propio destino, dimensión eclesial. Creación necesaria a Dios que la promueve y al hombre que la provee.
– Toda acción es peligrosa para quien la realiza, y más si es grande. Toda vida es difícil para quien quiere ser fiel, y más si es larga.
– Que cada uno se recoja fuera de tiempos y lugares, en sí, ante Dios. Todo lo que el hombre edifica es frágil y precario para desaparecer al fin. Una tara secreta se esconde ahí. Toda vida tiene que acabar,
dar paso a la muerte, habitar estancias que se convertirán en ruinas.
– Que cada uno se prepare, sostenido por la fe,
en seguimiento del Maestro, siendo firme en sí mismo,
para la obra de sus días, para el desprendimiento último, para sí y para los suyos, para el misterioso paso de la muerte hacia el más allá,
conservando la presencia de todos los seres queridos,
que son de Dios, que es. Amén.
– Bajo el choque de los acontecimientos que separan y hacen entrar en la soledad, Bajo el peso de las situaciones que deben silenciarse para poderse mantener,
Bajo el cúmulo de decisiones que inventan el destino y lo hacen singular,
Bajo la gracia de los encuentros que ayudan a entrever el ser profundo de los otros, En medio del embrollo de influencias, intereses,
teorías, acciones, prejuicios, sabidurías, faltas y fidelidades,
a través de los tiempos oscuros y de los vértigos de la vida,
ante la expansión y la fructificación propias de la misión,
tocar el hilo invisible de la propia vida, acercarse al misterio de uno mismo, alcanzar la propia unidad, consistencia y duración,
descubrir la propia unicidad, entrar en la soledad;
desposar la propia existencia; ella es el fundamento de lo que nace en nosotros,
de nuestra unión con Dios, de nuestra comunión.
Tomar altura, sondear lo profundo, liberarse de la distancia,
habitar la propia soledad, poblarla de presencias,
sumergirse en el silencio, ir más allá del conocimiento de lo que sólo se puede conocer, permanecer en la ignorancia de lo que no se puede sino ignorar,
abrirse a la totalidad, a su inagotable unidad, a su ilimitada fecundidad. Primer acercamiento hacia Dios que sólo la fe permite.
Pórtico de su misterio que sólo Dios hace franquear.
Alcanzar el sentido de la propia vida y esforzarse por trabajar en el surco de la propia misión, así como realizar todo lo que esto comporta, es también estar presente a sí mismo y a Dios, es también orar; orar por uno mismo así como por aquellos que nos son cercanos porque los hemos encontrado realmente en nuestro camino, a pesar de nuestra extrema impotencia para ayudarlos en lo que atañe a lo esencial.
3. Visita a Segovia con Spong
Légaut: "[revelación] ... íntima, sin palabra ni signo; una anunciación sin ángel; una luz celeste sin estrellas; una proclamación sin paloma y sin voz de los cielos; una infu- sión del Espíritu sin lenguas de fuego; y una revelación por lo que hace nacer en aquél al que visita, y no por lo que Dios enseña y ordena en un momento dado, a todos."
Caminar sobre el mar: Machado > Evangelios > midrash del paso del Mar Rojo (que no lo hubo!)
(c) Don Francisco Giner, su maestro, su "padre espiritual"
Como se fue el maestro, / la luz de esta mañana / me dijo: – Van tres días / que mi hermano Francisco no trabaja. / ¿Murió?... – Sólo sabemos / que se nos fue por una senda clara, / diciéndonos: – Hacedme / un duelo de labores y esperanzas. / Sed buenos y no más, sed lo que he sido / entre vosotros: alma. / Vivid, la vida sigue, / los muertos mueren y las sombras pasan; / lleva quien deja y vive el que ha vivido. / ¡Yunques, sonad; enmudeced, campanas!
Don Francisco Giner (...) creía que la ciencia es (...) una semilla que ha de germinar, florecer y madurar en las almas. Porque pensaba así, hizo casi tantos maestros como discípulos tuvo. [...]. Y hace unos días se nos marchó, no sabemos adónde. Yo pienso que se fue hacia la luz. Jamás creeré en su muerte. Sólo pasan para siempre los muertos y las sombras, los que no vivían la propia vida. Yo creo que sólo mueren definitivamente, sin salvación posible —perdonadme esta fe un tanto herética—, los malvados y los farsantes...
III. Recordemos, para concluir:
... honremos al Señor / —la negra estampa de su mano buena— / que ha dic- tado el silencio en el clamor. / Al Dios de la distancia y de la ausencia, / del áncora en la mar, la plena mar... / Él nos libra del mundo —omnipresencia—, / nos abre senda para caminar... (CLXX)
— Dios no es el mar, está en el mar; riela / como luna en el agua, o aparece / como una blanca vela; / en el mar se despierta o se adormece. Creó la mar, y nace / de la mar, cual la nube o la tormenta; / es el Criador y la criatura lo hace; / su aliento es alma, y por el alma alienta...
... Yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste / y para darte el alma que me diste, / en mí te he de crear. Que el puro río / de caridad, que fluye eternamente, / fluya en mi corazón. ¡Seca, oh Dios mío, / de una fe sin amor la turbia fuente!” (CXXXVII, v)
"El que no habla a un hombre, no habla al hombre; el que no habla al hombre, no habla a nadie." (JM I, XLIX). "Poned atención / un corazón solitario / no es un corazón" (CLVI, lxvi)
No extrañéis, dulces amigos, / que esté mi frente arrugada. / Yo vivo en paz con los hombres / y en guerra con mis entrañas. (CXXXVI, xxiii)
Converso con el hombre que siempre va conmigo, / --quien habla solo espera hablar a Dios un día--; / mi soliloquio es plática con este buen amigo / que me enseñó el secreto de la filantropía. (XCVII)
b) La poesía es «palabra esencial en el tiempo» (PPC, 1802). «Porque sólo la creación apasionada triunfa del olvido» (PPC, 1942).
Ni mármol duro y eterno, / ni música ni pintura, / sino palabra en el tiempo (CLXIV, xvi, i).
Ya en otra ocasión definíamos la poesía como diálogo del hombre con el tiempo, y llamábamos «poeta puro» a quien lograba vaciar el suyo para entendérselas a solas con él, o casi a solas; algo así como quien conversa con el zumbar de sus propios oídos, que es la más elemental materialización sonora del fluir temporal. Decíamos, en suma, cuánto es la poesía palabra en el tiempo... (JM I, VII).
Hoy es siempre todavía. (CLXI, viii)
¡Oh Tiempo, oh Todavía, / preñado de inminencias! / Tú me acompañas en la senda fría, / tejedor de esperanzas e impaciencia" (CLXIX).
Mientras no suene un paso leve / y oiga una llave rechinar, / el niño malo no se atreve / a rebullir ni a respirar. // El niño Juan, el solitario, / oye la fuga del ratón, / y la carcoma en el armario, / y la polilla en el cartón. // El niño Juan, el hombrecito, / escucha el tiempo en su prisión: / una quejumbre de mosquito, en un zumbido de peón. // El niño está en el cuarto obscuro, / donde su madre lo encerró; / es el poeta, el poeta puro / que canta: ¡el tiempo, el tiempo y yo! (PPC, 818).
Todo pasa y todo queda / pero lo nuestro es pasar...
g) La poesía y los 4 interlocutores del hombre (en relación con los 3 géneros de la vida espiritual).
La comunicación del hombre se dirige a cuatro posibles interlocutores: (1) uno mismo, (2) los entes del mundo (como san Francisco), (3) el otro, ausente, y (4) Dios. Conforme a los pronombres ("tú", "yo" y la tercera persona, o "no persona", que son un universal lingüístico), hay 4 posibilidades y 4 modalidades: reflexión interior, testimonio, alocución imaginaria y plegaria.
(1) La reflexión es meditación y puede concebirse como comunicación a sí mismo y consigo mismo; (2) la confesión y el testimonio son comunicación al otro y con él; (3) la alocución imaginaria es hablar (como san Francisco y tantos poetas) a algún elemento de lo real, cargado de sentido; y (4) la plegaria es hablar y escuchar a Dios.
Además, los poemas, dentro de un marco de comunicación cuyo modelo es la conversación, como actos del habla, son: ruego, interrogación, duda, confesión, reflexión, testimonio, consejo, himno, conjuro, proverbio, descripción del mundo (interior y exterior), narración de hechos, etc.
Citaré algunos fragmentos de Machado según estas cuatro direcciones:
(1)-- "Es el mejor de los buenos / quien sabe que en esta vida / todo es cuestión de medida: / un poco más, algo menos." (CXXXVI, xiii)
"... Converso con el hombre que siempre va conmigo / --quien habla solo espera hablar a Dios un día--; / mi
La comunicación del hombre se dirige a cuatro posibles interlocutores: (1) uno mismo, (2) los entes del mundo (como san Francisco), (3) el otro, ausente, y (4) Dios. Conforme a los pronombres ("tú", "yo" y la tercera persona, o "no persona", que son un universal lingüístico), hay 4 posibilidades y 4 modalidades: reflexión interior, testimonio, alocución imaginaria y plegaria.
(1) La reflexión es meditación y puede concebirse como comunicación a sí mismo y consigo mismo; (2) la confesión y el testimonio son comunicación al otro y con él; (3) la alocución imaginaria es hablar (como san Francisco y tantos poetas) a algún elemento de lo real, cargado de sentido; y (4) la plegaria es hablar y escuchar a Dios.
Además, los poemas, dentro de un marco de comunicación cuyo modelo es la conversación, como actos del habla, son: ruego, interrogación, duda, confesión, reflexión, testimonio, consejo, himno, conjuro, proverbio, descripción del mundo (interior y exterior), narración de hechos, etc.
Citaré algunos fragmentos de Machado según estas cuatro direcciones:
(1)-- "Es el mejor de los buenos / quien sabe que en esta vida / todo es cuestión de medida: / un poco más, algo menos." (CXXXVI, xiii)
"... Converso con el hombre que siempre va conmigo / --quien habla solo espera hablar a Dios un día--; / mi
soliloquio es plática con este buen amigo / que me enseñó el secreto de la filantropía..." (XCVII)
"¿Quién ha punzado el corazón del tiempo? / ¿Quién puso, entre las rocas de ceniza, / para la miel del sueño, / esas retamas de oro / y esas azules flores del romero? ..." (CLVI, v-vi)
(2) -- "Soñé que tú me llevabas / por una blanca vereda..." (CXXII).
"Palacio, buen amigo, / ¿está la primavera / vistiendo ya las ramas de los chopos... (XXVI) "¿Empañé tu memoria? ¡Cuántas veces!" (CLXV, iii)
"Poned atención: / un corazón solitario / no es un corazón" (CLXI, lxvi; PPC, 710).
"El que no habla a un hombre, no habla al hombre; el que no habla al hombre, no habla a nadie." (JM I, XLIX10). ()
"No extrañéis, dulces amigos, / que esté mi frente arrugada. / Yo vivo en paz con los hombres / y en guerra con mis entrañas." (CXXXVI, xxii)
(3) -- "¡Oh, dime, noche amiga,..." (XXXVII).
"... Antes que te derribe, olmo del Duero, / con su hacha el leñador, ... / ... quiero anotar en mi cartera la gracia de tu
rama verdecida..." (CXV).
¡Oh, sí, conmigo vais, campos de Soria, / tardes tranquilas, montes de violeta, /... (CXIII, ix) "Oh, Soria, cuando miro los frescos naranjales..." (CXVI)
"... Late, corazón, ... No todo / se lo ha tragado la tierra." (CXX).
"Oh, no eres tú mi cantar. / No puedo cantar ni quiero..." (CXXX).
"¡Oh soledad, mi sola compañía /..." (CLIV, xv, iv).
(4) -- "Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería. / Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar. / Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía. / Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar." (CXIX)
"Señor, me cansa la vida..."
"O tú y yo jugando estamos / al escondite, Señor, / o esta voz con que te llamo / es tu voz"
"Por todas partes te busco / sin encontrarte jamás, / y en todas partes te encuentro / sólo por irte a buscar" (S. XXIV, i, ii, iii; PPC 759-760).
V – Ínfimos y efímeros pero necesarios;
sepultados en lo inmenso pero conscientes;
perdidos en lo innumerable pero únicos.
Inmersos en la complejidad y en la ambigüedad pero esencialmente simples;
limitados por todas partes en el hacer y el decir, pero cada uno, en sí mismo, propiamente, misterio; inacabados por naturaleza y sin cesar perturbados, pero en potencia de cumplimiento.
Entregados a las leyes de la materia y de la vida, atados sin remedio a las cadencias de tiempos y lugares, pero libres y responsables en nuestro mismo centro.
Sometidos a la desgracia, destinados a la muerte, pero llamados a ser.
– Solitarios entre solitarios, codeándonos más que conociéndonos, pero en camino hacia la unidad. Improbables desde el nacimiento, siempre más improbables durante el crecimiento.
Tanteando frente a lo inextricable, tropezando ante lo imposible, sin cesar inclinados hacia el menos ser...
Por la fe y la fidelidad,
en medio de todo lo que se disipa, existimos en la estabilidad;
en medio de todo lo que se corrompe, llegamos a ser con seguridad. – Herederos de una labor inmensa,
visitados por una presencia que no manda sino que llama,
empujados, levantados, solicitados, alzados por encima de nosotros mismos, emergiendo de la servidumbre, alcanzando la libertad,
obreros de un porvenir sin fin, inseparable de Ti, mi Dios,
nosotros Te magnificamos.
– Cualquiera que sea nuestro destino, incluso miserable, incluso trágico,
si somos, es para tu plenitud. Ella es nuestra beatitud.
Cuando seamos puramente nosotros mismos, ocupando nuestro lugar en lo real,
más allá del hacer y del parecer, de los placeres y de los sufrimientos,
de los deseos y de los proyectos, de las preocupaciones y de las angustias, compartiremos la alegría de ser con el conjunto de los vivientes
que van más allá del apetito de vivir, esos ecos de tu felicidad,
– Padre –
Para creerlo de verdad, a pesar de todo lo que lo niega,
danos la fuerza de llevar, en tu presencia, nuestras miserias con dignidad,
nuestra grandeza a pesar de nuestra pobreza, nuestro ser en devenir en su autonomía,
en el seno de las contingencias, a lo largo de la vida.
– Que nuestra fe, en su desnudez, por su arraigo en nosotros, aventaje a nuestra ceguera. Que nuestra palabra, en su verdad, por su acción en nosotros,
afiance nuestros pasos por el camino del ser. Amén.
Estar en presencia de sí para estar en presencia de Dios implica asumir con lucidez la condición propia del hombre y captar su aspecto dramático: arrojados a la vida, en soledad, a medio camino en la vía de llegar a ser, sumergidos a veces en un cúmulo de tinieblas interiores, inmersos sin cesar en contingencias efímeras de todo tipo, que disipan o perturban, y, sin embargo, por la fe y la fidelidad, alcanzar, poco a poco, una existencia que llega a resultar única en su unidad, consistencia y estabilidad. Estar en presencia de sí para estar en presencia de Dios implica desposar la propia condición de hombre, dar gracias por ella, y, de este modo, afirmar la esperanza y la fe.
VI – Que cada uno vaya en paz, su propio camino adelante, con la exactitud de la fidelidad. Partir y desprenderse, despojamiento interminable.
Distancia y libertad, solos frente al propio destino.
sepultados en lo inmenso pero conscientes;
perdidos en lo innumerable pero únicos.
Inmersos en la complejidad y en la ambigüedad pero esencialmente simples;
limitados por todas partes en el hacer y el decir, pero cada uno, en sí mismo, propiamente, misterio; inacabados por naturaleza y sin cesar perturbados, pero en potencia de cumplimiento.
Entregados a las leyes de la materia y de la vida, atados sin remedio a las cadencias de tiempos y lugares, pero libres y responsables en nuestro mismo centro.
Sometidos a la desgracia, destinados a la muerte, pero llamados a ser.
– Solitarios entre solitarios, codeándonos más que conociéndonos, pero en camino hacia la unidad. Improbables desde el nacimiento, siempre más improbables durante el crecimiento.
Tanteando frente a lo inextricable, tropezando ante lo imposible, sin cesar inclinados hacia el menos ser...
Por la fe y la fidelidad,
en medio de todo lo que se disipa, existimos en la estabilidad;
en medio de todo lo que se corrompe, llegamos a ser con seguridad. – Herederos de una labor inmensa,
visitados por una presencia que no manda sino que llama,
empujados, levantados, solicitados, alzados por encima de nosotros mismos, emergiendo de la servidumbre, alcanzando la libertad,
obreros de un porvenir sin fin, inseparable de Ti, mi Dios,
nosotros Te magnificamos.
– Cualquiera que sea nuestro destino, incluso miserable, incluso trágico,
si somos, es para tu plenitud. Ella es nuestra beatitud.
Cuando seamos puramente nosotros mismos, ocupando nuestro lugar en lo real,
más allá del hacer y del parecer, de los placeres y de los sufrimientos,
de los deseos y de los proyectos, de las preocupaciones y de las angustias, compartiremos la alegría de ser con el conjunto de los vivientes
que van más allá del apetito de vivir, esos ecos de tu felicidad,
– Padre –
Para creerlo de verdad, a pesar de todo lo que lo niega,
danos la fuerza de llevar, en tu presencia, nuestras miserias con dignidad,
nuestra grandeza a pesar de nuestra pobreza, nuestro ser en devenir en su autonomía,
en el seno de las contingencias, a lo largo de la vida.
– Que nuestra fe, en su desnudez, por su arraigo en nosotros, aventaje a nuestra ceguera. Que nuestra palabra, en su verdad, por su acción en nosotros,
afiance nuestros pasos por el camino del ser. Amén.
Estar en presencia de sí para estar en presencia de Dios implica asumir con lucidez la condición propia del hombre y captar su aspecto dramático: arrojados a la vida, en soledad, a medio camino en la vía de llegar a ser, sumergidos a veces en un cúmulo de tinieblas interiores, inmersos sin cesar en contingencias efímeras de todo tipo, que disipan o perturban, y, sin embargo, por la fe y la fidelidad, alcanzar, poco a poco, una existencia que llega a resultar única en su unidad, consistencia y estabilidad. Estar en presencia de sí para estar en presencia de Dios implica desposar la propia condición de hombre, dar gracias por ella, y, de este modo, afirmar la esperanza y la fe.
VI – Que cada uno vaya en paz, su propio camino adelante, con la exactitud de la fidelidad. Partir y desprenderse, despojamiento interminable.
Distancia y libertad, solos frente al propio destino.
Discreción y paciencia del que se conoce pero espera, en la pureza del silencio. Flexibilidad y tenacidad, a través de tiempos y lugares, perseverando en la propia vía. Espera de la presencia que hace ser, en la totalidad del querer.
Búsqueda de la luz que colma, en la integridad del espíritu.
Recogimiento en la soledad del ser, cara al vértigo del vacío.
Oración en la desnudez de la fe, ante Dios, el impensable.
– Armonía y paz, siendo uno mismo sin ser de uno mismo, en la rectitud del mirar, en lo justo del pensar,
en la simplicidad del acto, en la autenticidad del ser, disponible y como inmóvil ante Dios, para recibir y para dar.
– Que cada uno coja su gavilla a lo largo de sus días,
sin prisa pero sin pausa, sin violencia pero sin debilidad, sin miedo ni vértigo, sin exaltación ni ilusión,
sin ambición ni vuelta sobre sí.
– Hacerlo en la presencia de sí y en la de Dios.
Respetar las cadencias propias, los tiempos fuertes y los otros...
Dejar crecer la obra y seguir el propio destino, dimensión eclesial. Creación necesaria a Dios que la promueve y al hombre que la provee.
– Toda acción es peligrosa para quien la realiza, y más si es grande. Toda vida es difícil para quien quiere ser fiel, y más si es larga.
– Que cada uno se recoja fuera de tiempos y lugares, en sí, ante Dios. Todo lo que el hombre edifica es frágil y precario para desaparecer al fin. Una tara secreta se esconde ahí. Toda vida tiene que acabar,
dar paso a la muerte, habitar estancias que se convertirán en ruinas.
– Que cada uno se prepare, sostenido por la fe,
en seguimiento del Maestro, siendo firme en sí mismo,
para la obra de sus días, para el desprendimiento último, para sí y para los suyos, para el misterioso paso de la muerte hacia el más allá,
conservando la presencia de todos los seres queridos,
que son de Dios, que es. Amén.
– Bajo el choque de los acontecimientos que separan y hacen entrar en la soledad, Bajo el peso de las situaciones que deben silenciarse para poderse mantener,
Bajo el cúmulo de decisiones que inventan el destino y lo hacen singular,
Bajo la gracia de los encuentros que ayudan a entrever el ser profundo de los otros, En medio del embrollo de influencias, intereses,
teorías, acciones, prejuicios, sabidurías, faltas y fidelidades,
a través de los tiempos oscuros y de los vértigos de la vida,
ante la expansión y la fructificación propias de la misión,
tocar el hilo invisible de la propia vida, acercarse al misterio de uno mismo, alcanzar la propia unidad, consistencia y duración,
descubrir la propia unicidad, entrar en la soledad;
desposar la propia existencia; ella es el fundamento de lo que nace en nosotros,
de nuestra unión con Dios, de nuestra comunión.
Tomar altura, sondear lo profundo, liberarse de la distancia,
habitar la propia soledad, poblarla de presencias,
sumergirse en el silencio, ir más allá del conocimiento de lo que sólo se puede conocer, permanecer en la ignorancia de lo que no se puede sino ignorar,
abrirse a la totalidad, a su inagotable unidad, a su ilimitada fecundidad. Primer acercamiento hacia Dios que sólo la fe permite.
Pórtico de su misterio que sólo Dios hace franquear.
Alcanzar el sentido de la propia vida y esforzarse por trabajar en el surco de la propia misión, así como realizar todo lo que esto comporta, es también estar presente a sí mismo y a Dios, es también orar; orar por uno mismo así como por aquellos que nos son cercanos porque los hemos encontrado realmente en nuestro camino, a pesar de nuestra extrema impotencia para ayudarlos en lo que atañe a lo esencial.
3. Visita a Segovia con Spong
"Caminante, son tus huellas..." "Wayfarer..."
Hallazgo: (Mc. 4,1) "Y de nuevo comenzó a enseñar junto al mar, y se le junta una multitud inmensa, de manera que, subiendo a una barca, se sentó en el mar, y toda la multitud estaba en tierra, junto al mar."
(Carta de J.S. Spong 14, 01, 2014) " «Aprecio a Machado aún más gracias a tu carta. Parece entender muy bien que la vida cristiana trata acerca del viaje y no del término, de lo cual yo estoy convencido. El cristiano nunca llega porque el viaje ocurre en la infinidad de Dios. Cuando los cristianos piensan que ya han llegado, su fe se vuelve demoníaca. Así cuando uno suscribe afirmaciones como la infalibilidad del papa o la inerrancia de las Escrituras, o que la propia religión o iglesia es la verdadera, y lo hace con la arrogancia de presumir que uno mismo y la propia tradición de fe son los árbitros del único acceso a Dios. Machado entendió: que todos vemos a través de un espejo oscuramente, que ninguno puede evadir sus limitaciones humanas y que la inseguridad es la marca de nuestra humanidad que nadie debería pretender perder. El cristianismo no nos da la seguridad ni la posesión de la verdad. Nos da la habilidad de vivir sin seguridad y de celebrar la posesión de una verdad tan sólo relativa e incompleta».
Hallazgo: (Mc. 4,1) "Y de nuevo comenzó a enseñar junto al mar, y se le junta una multitud inmensa, de manera que, subiendo a una barca, se sentó en el mar, y toda la multitud estaba en tierra, junto al mar."
(Carta de J.S. Spong 14, 01, 2014) " «Aprecio a Machado aún más gracias a tu carta. Parece entender muy bien que la vida cristiana trata acerca del viaje y no del término, de lo cual yo estoy convencido. El cristiano nunca llega porque el viaje ocurre en la infinidad de Dios. Cuando los cristianos piensan que ya han llegado, su fe se vuelve demoníaca. Así cuando uno suscribe afirmaciones como la infalibilidad del papa o la inerrancia de las Escrituras, o que la propia religión o iglesia es la verdadera, y lo hace con la arrogancia de presumir que uno mismo y la propia tradición de fe son los árbitros del único acceso a Dios. Machado entendió: que todos vemos a través de un espejo oscuramente, que ninguno puede evadir sus limitaciones humanas y que la inseguridad es la marca de nuestra humanidad que nadie debería pretender perder. El cristianismo no nos da la seguridad ni la posesión de la verdad. Nos da la habilidad de vivir sin seguridad y de celebrar la posesión de una verdad tan sólo relativa e incompleta».
Légaut: "[revelación] ... íntima, sin palabra ni signo; una anunciación sin ángel; una luz celeste sin estrellas; una proclamación sin paloma y sin voz de los cielos; una infu- sión del Espíritu sin lenguas de fuego; y una revelación por lo que hace nacer en aquél al que visita, y no por lo que Dios enseña y ordena en un momento dado, a todos."
Caminar sobre el mar: Machado > Evangelios > midrash del paso del Mar Rojo (que no lo hubo!)
II. Superación de la imagen de la gota en el mar y del sentimiento unido a ella
(a) Dos primeros poemas "manriqueños" (1906)
(fragmento del XIII) ... El agua en sombra pasaba melancólicamente, / bajo los arcos del puente, / como si al pasar dijera: / “Apenas desamarrada / la pobre barca, viajero, del árbol de la ribera, / se canta: no somos nada. / Donde acaba el pobre río, la inmensa mar nos espera.” / Bajo los ojos del puente pasaba el agua sombría. / (Yo pensaba: ¡el alma mía!) / Y me detuve un momento, / en la tarde, a meditar... / ¿Qué es esta gota en el viento / que grita al mar: “soy el mar”? ...
(en el poema XVIII, se nos cuenta que el poeta...)
...mira, turbia la pupila / de llanto, el mar ... Él sabe que un Dios más fuer- te, / con la sustancia inmortal está jugando a la muerte, / cual niño bárbaro. Él piensa... / que ha de caer como rama que sobre las aguas flota, / antes de perderse, gota / de mar, en la mar inmensa. (vv. 3-10)
(b) Recordar: "dejar quisiera mi verso..." y relacionarlo con:
Cuatro cosas tiene el hombre / que no sirven en la mar: / ancla, gobernalle y remos, / y miedo de naufragar. (CXXXVI, xlvii)
Morir... ¿Caer como gota
de mar en el mar inmenso? ¿O ser lo que nunca he sido: uno, sin sombra y sin sueño, un solitario que avanza
sin camino y sin espejo?
(a) Dos primeros poemas "manriqueños" (1906)
(fragmento del XIII) ... El agua en sombra pasaba melancólicamente, / bajo los arcos del puente, / como si al pasar dijera: / “Apenas desamarrada / la pobre barca, viajero, del árbol de la ribera, / se canta: no somos nada. / Donde acaba el pobre río, la inmensa mar nos espera.” / Bajo los ojos del puente pasaba el agua sombría. / (Yo pensaba: ¡el alma mía!) / Y me detuve un momento, / en la tarde, a meditar... / ¿Qué es esta gota en el viento / que grita al mar: “soy el mar”? ...
(en el poema XVIII, se nos cuenta que el poeta...)
...mira, turbia la pupila / de llanto, el mar ... Él sabe que un Dios más fuer- te, / con la sustancia inmortal está jugando a la muerte, / cual niño bárbaro. Él piensa... / que ha de caer como rama que sobre las aguas flota, / antes de perderse, gota / de mar, en la mar inmensa. (vv. 3-10)
(b) Recordar: "dejar quisiera mi verso..." y relacionarlo con:
Cuatro cosas tiene el hombre / que no sirven en la mar: / ancla, gobernalle y remos, / y miedo de naufragar. (CXXXVI, xlvii)
Morir... ¿Caer como gota
de mar en el mar inmenso? ¿O ser lo que nunca he sido: uno, sin sombra y sin sueño, un solitario que avanza
sin camino y sin espejo?
(c) Don Francisco Giner, su maestro, su "padre espiritual"
Como se fue el maestro, / la luz de esta mañana / me dijo: – Van tres días / que mi hermano Francisco no trabaja. / ¿Murió?... – Sólo sabemos / que se nos fue por una senda clara, / diciéndonos: – Hacedme / un duelo de labores y esperanzas. / Sed buenos y no más, sed lo que he sido / entre vosotros: alma. / Vivid, la vida sigue, / los muertos mueren y las sombras pasan; / lleva quien deja y vive el que ha vivido. / ¡Yunques, sonad; enmudeced, campanas!
Don Francisco Giner (...) creía que la ciencia es (...) una semilla que ha de germinar, florecer y madurar en las almas. Porque pensaba así, hizo casi tantos maestros como discípulos tuvo. [...]. Y hace unos días se nos marchó, no sabemos adónde. Yo pienso que se fue hacia la luz. Jamás creeré en su muerte. Sólo pasan para siempre los muertos y las sombras, los que no vivían la propia vida. Yo creo que sólo mueren definitivamente, sin salvación posible —perdonadme esta fe un tanto herética—, los malvados y los farsantes...
III. Recordemos, para concluir:
... honremos al Señor / —la negra estampa de su mano buena— / que ha dic- tado el silencio en el clamor. / Al Dios de la distancia y de la ausencia, / del áncora en la mar, la plena mar... / Él nos libra del mundo —omnipresencia—, / nos abre senda para caminar... (CLXX)
— Dios no es el mar, está en el mar; riela / como luna en el agua, o aparece / como una blanca vela; / en el mar se despierta o se adormece. Creó la mar, y nace / de la mar, cual la nube o la tormenta; / es el Criador y la criatura lo hace; / su aliento es alma, y por el alma alienta...
... Yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste / y para darte el alma que me diste, / en mí te he de crear. Que el puro río / de caridad, que fluye eternamente, / fluya en mi corazón. ¡Seca, oh Dios mío, / de una fe sin amor la turbia fuente!” (CXXXVII, v)
IV -- Dios, totalmente otro, sin continente ni contenido, ni cercado ni vallado;
[más allá de toda forma, de toda materia y de todo nombre;]
impensable como objeto, lejano más allá de todo espacio, cercano más acá de toda distancia; sin obrar como sujeto, de donde todo sujeto procede, desplegándose en todos;
el acto en acto, el acto de ser, el "ser" del acto en acto de ser;
ser no "ente", estable en el instante, sin pasado ni futuro,
desplegándose en sí, sin comienzo y sin fin;
diciéndose sin cesar, sin nunca repetirse;
llegando a ser sin cesar, sin nunca ser igual;
al que tenemos que afirmar, por todo lo que somos,
para no ser nubes que nuestra conciencia disipa al disiparse a sí misma;
al que no podemos sino nombrar, a partir de nuestra propia substancia,
pues nada de lo que conocemos nos permite decir más.
-- Dios. Pregunta unida al hombre que adquiere conciencia de sí.
Pregunta afín al misterio que el hombre es en sí.
Pregunta que nace del vacío de la "ausencia" y que crece y se ahonda con él;
cuando el hombre sabe mantenerse ahí, se abre sobre sí;
Pregunta que nace del silencio de la "espera", que se nutre de ella,
pero que muere con ella cuando el hombre se reniega;
Pregunta que no soporta ninguna respuesta verdadera
pero que sin cesar sugiere alguna cuando permanece viva;
Base misteriosa de unión entre los hombres cuando cada uno se encara con ella en el secreto; raíz de discordia entre ellos cuando cada uno le da respuesta fuera del silencio.
La acción en nosotros sin ser nuestra, que nos hace ser a partir de lo que tenemos, si la acogemos tal como ella misma nos invita a hacerlo, aunque no podamos de ningún modo nombrarla, tenemos que evocarla. Esta evocación, ¿no es acaso la única forma de invocar a Dios y de llegar hasta Él directamente, sin detenernos antes en ningún ídolo? Por eso hay que afirmar de múltiples formas lo que este "movimiento", que se convierte en "acción" en nosotros, no es. El choque que produce mencionar cualidades, propiedades y actividades que son contrarias, contradictorias e incompatibles en cualquiera de las realidades que nuestros sentidos y nuestra razón pueden percibir y alcanzar es la vía por la que podemos contribuir a que brote en nosotros un atisbo de lo que realmente es esa acción. Plegaria paradójica, abstracta, abstrusa incluso, y, sin embargo, plegaria muy real para quien sabe decirla de forma que cada expresión le lleve al silencio adecuado ante lo impensable.
[más allá de toda forma, de toda materia y de todo nombre;]
impensable como objeto, lejano más allá de todo espacio, cercano más acá de toda distancia; sin obrar como sujeto, de donde todo sujeto procede, desplegándose en todos;
el acto en acto, el acto de ser, el "ser" del acto en acto de ser;
ser no "ente", estable en el instante, sin pasado ni futuro,
desplegándose en sí, sin comienzo y sin fin;
diciéndose sin cesar, sin nunca repetirse;
llegando a ser sin cesar, sin nunca ser igual;
al que tenemos que afirmar, por todo lo que somos,
para no ser nubes que nuestra conciencia disipa al disiparse a sí misma;
al que no podemos sino nombrar, a partir de nuestra propia substancia,
pues nada de lo que conocemos nos permite decir más.
-- Dios. Pregunta unida al hombre que adquiere conciencia de sí.
Pregunta afín al misterio que el hombre es en sí.
Pregunta que nace del vacío de la "ausencia" y que crece y se ahonda con él;
cuando el hombre sabe mantenerse ahí, se abre sobre sí;
Pregunta que nace del silencio de la "espera", que se nutre de ella,
pero que muere con ella cuando el hombre se reniega;
Pregunta que no soporta ninguna respuesta verdadera
pero que sin cesar sugiere alguna cuando permanece viva;
Base misteriosa de unión entre los hombres cuando cada uno se encara con ella en el secreto; raíz de discordia entre ellos cuando cada uno le da respuesta fuera del silencio.
La acción en nosotros sin ser nuestra, que nos hace ser a partir de lo que tenemos, si la acogemos tal como ella misma nos invita a hacerlo, aunque no podamos de ningún modo nombrarla, tenemos que evocarla. Esta evocación, ¿no es acaso la única forma de invocar a Dios y de llegar hasta Él directamente, sin detenernos antes en ningún ídolo? Por eso hay que afirmar de múltiples formas lo que este "movimiento", que se convierte en "acción" en nosotros, no es. El choque que produce mencionar cualidades, propiedades y actividades que son contrarias, contradictorias e incompatibles en cualquiera de las realidades que nuestros sentidos y nuestra razón pueden percibir y alcanzar es la vía por la que podemos contribuir a que brote en nosotros un atisbo de lo que realmente es esa acción. Plegaria paradójica, abstracta, abstrusa incluso, y, sin embargo, plegaria muy real para quien sabe decirla de forma que cada expresión le lleve al silencio adecuado ante lo impensable.
Antonio Machado
Los poemas de Antonio Machado pueden verse aquí:
https://ecosocialojocritico.files.wordpress.com/2014/03/machado-antonio-poesias-completas.pdf
https://ecosocialojocritico.files.wordpress.com/2014/03/machado-antonio-poesias-completas.pdf
miércoles, 21 de octubre de 2015
Conectando a Melero con Teresa : borrador de discusión
Conectando a Melero con Teresa, y con Legaut
Borrador para el tallercito
Qué nos enseña hoy Teresa:
“Teresa nos enseña a encontrar a Cristo desde nuestra propia realidad
personal e histórica, nos lleva a interiorizar en la oración la revelación que Jesús
ha hecho de sí y puesta de relieve en los Evangelios, hasta hacernos
contemporáneos de su experiencia y doctrina. La búsqueda de Jesucristo en su
realidad humana, da realismo y hondura a nuestra oración. Pero, además, Teresa
tiene la convicción que no se busca en vano a Cristo. El paga la búsqueda con
el encuentro en su compañía y en los hermanos, en los que Él está presente y
prolonga su existencia. En la oración se aprende a vivir con Él y como Él. El
capítulo 22 de la Vida encierra una síntesis doctrinal acerca de la importancia de Cristo en la
vida de oración y en la vida espiritual”
Nos enseña que para hablar de Dios hay que aprender a ser uno mismo.
Para ello es preciso “conocerse”, saber que no estamos huecos sino habitados
por una presencia divina. Nos hemos alejado del centro y para que el alma
retorne a casa es preciso volver nuestra mirada a Cristo. Saber que somos hijos
en el Hijo. Es el punto de partida del conocernos para poder ser convincentes.
Nos habla del Castillo interior, una dimensión que la mayoría no visita.
Ella posee una hoja de ruta para llegar ahí y se convierte en pionera de la
interioridad. Hay siete moradas con otras tantas habitaciones a lo alto y bajo.
Es un Castillo ancho y luminoso lleno de hermosos jardines. Es un lugar donde
la experiencia mística deja de ser un fin en sí mismo, para abrirse en un
camino dentro del proceso hacia la plenitud humana.
Teresa nos muestra la forma de hablar de Dios, comunicando Su vida
abundante de todas las maneras posibles. No es una intellectual abstracta, sino
que transmite experiencias de vida, describe los hechos sobrenaturales que ella
vive.
Comunicar Su vida abundante de todas las maneras posibles: una de esas
es mediante el arte y la poesía. Domingo Melero nos regala con una larga
reflexión sobre estas.
Teresa Guardans : ‘Teresa de Jesús, una maestra contemporánea’ | Para vos nací http://bit.ly/1Mu2dim
Sobre la nube del no
saber, un seminario anterior de Teresa Guardans:
Aprender a ser : https://www.youtube.com/watch?v=p6g5xfTnCsk
Una hora y 10 minutos La aportación del silencio a los procesos de
desarrollo humano
Una Educación al Servicio
de la Calidad Humana
https://www.youtube.com/watch?v=AWufHEEPdCQ,
1 hora y 10 minutos
Sabiólogos
Testigos
de lo Humano, testigos de Vida Espiritual
Hay
palabras, conceptos, que, en nuestro lenguaje diario, a menudo no van
de la mano. Esta separación depende, probablemente, de la experiencia y
formación de cada uno. Así, por ejemplo, poesía y espiritualidad; no creencia y
plenitud de vida; expresión, experiencia plena y espiritualidad. O nos chocan o
no se nos ha ocurrido que pueden relacionarse estrechamente. Otras veces,
lo que no vemos cómo conjuntar son estilos de vida y trabajo: ser
matemático y, al mismo tiempo, campesino y espiritual laico (como Marcel
Légaut). O ser de izquierda, sin creencias religiosas y llevar una experiencia
espiritual plena (como Antonio Machado y Federico García Lorca).
Los
conversatorios que tuvimos recientemente en el CEDI (12 - 14 de junio), con
Domingo Melero, presidente de la Asociación Marcel Légaut, de España, nos han
abierto nuevas perspectivas para descubrir y establecer esas relaciones. Y para
quebrar otras —como fe y creencias. Los siguientes cuatro Vídeos breves
servirán de repaso y ayuda a la asimilación de momentos claves de esas Jornadas
con Domingo, para quienes participamos en ellas. Y para quienes no pudieron
asistir, les resultarán, de todos modos, de interés, y les dejarán la inquietud
de seguir reflexionando en el camino que el profesor Melero contribuye a
explorar.
Poesía,
poetas y Vida Espiritual
Videos
de Melero
Son videos 2 a 5 minutos cada uno, Si vemos los 5 serán 25
minutos. Aunque podría haber pausas para comentar.
1) Conversatorios en
Costa Rica, 2.21
Este es el primer video de presentación del seminario en
CEDI. Presenta a Machado y a Legaut y esboza lo que será el taller.
2) Poesía, poetas y
vida espiritual, 3 minutos
En el primero, por ejemplo, nos habla de sus poetas
preferidos y de Legaut, de la fe adámica, la fe antes de Abraham, la fe del
hombre en sí mismo, en los otros, ante la muerte, la fe en la humanidad.
3) Fe y creencias, 5
minutos
Melero vuelve al concepto de fe antes del cristianismo,
antes del islam, del budismo… Distingue entre fe y creencias siguiendo a
Legaut: la fe es la actitud fundamental de un ser humano ante la vida, es una
actitud fundamental de adhesión a sí mismo. Lo contrario de la fe no es el
ateísmo, sino el miedo, el pesimismo, porque niega lo más profundo de la
vitalidad humana.
4) La expresión como
plenitud de la experiencia humana, 3.15
min
La vida espiritual aspira a comunicarse. Cuanto más uno se
expresa a sí mismo, más se conoce. La expresión no es un añadido a la
experiencia, es parte de ella. Solo maduramos esa experiencia, si la
comunicamos. Que es lo que hacemos ahora.
Melero toma poemas de Machado para ilustrar estos temas.
Caminante no hay camino: https://youtu.be/WSHoPczQStU
5) Vida espiritual,
experiencia de fondo de los poetas, 5.45 min
Empieza aquí a hablar de Lorca, de su sensibilidad crística,
que lo hace admirar al Quijote y a Jesús, en su defensa de los oprimidos.
También se refiere a Machado, para resaltar su independencia frente a las
hipocresías de su país y su época.
7) Vida espiritual y
modernidad, 11 minutos
Entrevista realizada por Amando Robles a Melero. Trata sobre
Marcel Legaut
Amable Sánchez
Torres: poesía y espiritualidad http://www.cedi.cr/actualidad/69-poesia-nostalgia-del-paraiso
8) Amable Sánches
Torres, 21 minutos
Lo presenta Amando Robles
Bello!
domingo, 18 de octubre de 2015
Teresa Guardans 2
Santa Teresa
en el siglo XXI: maestra contemporánea
Taller. CEDI. 4-6 de septiembre,
2015. A cargo de: Teresa Guardans
Viernes:
1. Síntesis de la propuesta de
Teresa de Jesús:
-
Un conocimiento “que hace deshacer”
-
Una oferta para todos, sin excepción
2. Vida de Teresa de Jesús
(1515-1582), en un tiempo marcado por la lucha contra el avance de la reforma luterana.
Algunas obras: Libro de la Vida (1562), Camino de Perfección
(1565), Las Moradas (1577).
Sábado:
1. Fundamentos del camino de
conocimiento: comprensión de la posibilidad. Condiciones básicas: confianza,
certeza, determinación, “negociar” con nosotros mismos… Bajar el volumen de la
egocentración: “desasimiento” y amor. Hacer espacio (“desembarazarse”).
2. La participación de todas las
facultades. Capacidades humanas en el siglo XVI: memoria, entendimiento y
voluntad. El ser humano en el siglo XXI. “Traducción” de la propuesta.
Recursos prácticos.
Domingo:
“De
lo que yo querría tratar y dar algún remedio (y si no, al menos que entendáis
hay muchas almas que pasan este trabajo, y daros algún consuelo en él), es de
unos entendimientos que hay tan desbaratados, que no parecen sino unos caballos
desbocados que no hay quien los haga parar”…. (CP. 30,2)
El cultivo de la atención sostenida. Algunos recursos prácticos: en la
naturaleza; lecturas; el maestro interior. Silencio y actividad.
Ya havréis oído que
Dios está en todas partes, y esto es gran verdad, pues claro está que adonde
está Dios es el cielo. Sin duda, lo podéis creer que adonde está Su Majestad
está toda la gloria. Pues mirad que dice San Agustín que le buscava en muchas
partes y que le vino a hallar dentro de sí. ¿Pensáis que importa poco para un
alma derramada entender esta verdad y ver que no ha menester alas para ir a
buscarle? Sino ponerse en soledad y mirarle dentro de sí y no estrañarse de tan
buen huésped. (CP.46,2)
**
Si la palabra Dios ya no posee para vosotros
mucho significado, traducidla y hablad de lo profundo de vuestra vida ... de lo
que os alude incondicionalmente, de aquello que tomáis en serio sin salvedades
de ningún tipo. (…) Quien sabe de la
profundidad, sabe de Dios.
(Paul Tillich)
… lo más profundo de
mí, que para mayor simplicidad llamo “Dios”.
… las fuentes
originales de uno mismo, que me gustaría llamar ahora sencillamente Dios.
(Etty Hillesum Diario: una vida conmocionada. Anthropos, 2007)
**
Una posibilidad que, insiste una y otra vez,
no es para unos pocos:
Y no dejaremos de entrar aquí todos, porque ansí lo dijo su Majestad:
‘no sólo ruego por ellos, sino por todos aquellos que han de creer en mí
también’, y dice: ‘Yo estoy en ellos’. (Morada 7ª, 2.9)
Mirad que convida el Señor a todos; pues es la Verdad, no hay que
dudar. Si no fuera general este convite, no los llamara Dios a todos, y aunque
los llamara no dijera: ‘Yo os daré de bever’ […] Tengo por cierto que todos los que no se
quedaren en el camino, no les faltará esta agua viva. (CP 32,7)
Entended
que esto no es cosa sobrenatural, sino que podemos nosotros hacerlo. (CP 49.3).
No
creáis si no sois para estotro, y creed que digo verdad —porque he pasado por
ello— que lo podréis hacer. (CP
43.1).
Déjese
de unos encogimientos que tienen algunas personas, y piensan que es humildad.
Sí, que no está la humildad en que si el rey os hace una merced no tomarla;
sino tomarla y entender cuán sobrada os viene y holgaros con ella. […] Dejaos
de ser bovas. […] Mirad que os va mucho tener entendido esta verdad: que está
el Señor dentro de nosotras y que allí nos estemos con Él. (CP.46,3)
*
Sólo una cosa importa: la
"determinada determinación"
de no cejar, de seguir, de apostarlo todo. "Comenzad con seguridad":
Pelead con ánimo. Es muy necesario que
comencéis con gran siguridad en que, si peleáis con ánimo y no os dejando
vencer, que saldréis con la empresa; esto sin ninguna falta: por poca ganancia
que saquéis, saldréis muy rico (CP 39.5)
Otorga una gran importancia
—toda— a llegar a asumir la propia posibilidad. "Que estás en el cielo...,
¿qué es el cielo?". El propio interior del ser humano: Importa
mucho y todo "que no nos imaginemos huecas en lo
interior" (CP 48.2).
Aprender a reconocer el
ámbito inefable de la existencia, directamente, inmediatamente, ahí donde se le
puede encontrar: en la propia vida, en experiencia de conocimiento transformadora.
Búsqueda, deseo, dedicación, petición... que sitúa al ser en el
"reino"...
Comienza
ya a darnos su reino aquí [...] que es un ponerse el alma en paz, [...]
entiende por una manera muy fuera de entender con los sentidos exteriores que
está ya junta cabe su Dios que con un poquito más estará ya hecha una mesma
cosa con Él por unión. (CP 53.2).
CP 31,2. No os espantéis, hermanas, de lo mucho que he
puesto en este libro para que procuréis esta libertad. ¿No es linda cosa una
pobre monjita de San José que pueda llegar a señorear toda la tierra y
elementos?
32, 6. ¿Para qué pensáis, hijas, que he pretendido
declarar –como dicen- el fin y mostrar el premio antes de la batalla con
deciros el bien que trai consigo llegar a bever de esta agua viva? Para que no
os congojéis del travajo y contradicción que hay en el camino y vais con ánimo
y no os canséis; porque –como he dicho– podrá ser que ya que no os falta sino
bajaros a bever, lo dejéis todo y no perdáis este bien, pensando no ternéis
fuerza para llegar a él y que no sois para ello.
CP 33,2. […] no nos fuerza, antes da de muchas maneras a
bever de los que le quieren siguir, para que ninguno vaya desconsolado ni muera
de sed. Desta fuente caudalosa salen arroyos, unos grandes, otros pequeños, y
aun algunas veces charquitos para niños […] Y pues esto es, tomad mi consejo y
no os quedéis en el camino, sino pelead como fuertes, pues no estáis aquí a
otra cosa sino a pelear.
35, 2. Tornando a los que quieren bever de esta agua
de vida y quieren caminar hasta llegar a la mesma fuente, digo que importa
mucho y el todo una grande y determinada determinación de no parar hasta llegar
a ella, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, travaje lo que se
travajare, mormure quien mormurare, siquiera llegue allá, siquiera muera en el
camino u no tenga corazón para los travajos que hay en él, siquiera se hunda el
mundo; como muchas veces acaece con decir: ‘hay peligros’, ‘hulana por aquí se
perdió’, ‘el otro se engañó’, ‘dañan la virtud’, ‘no es para mujeres, que les
vienen ilusiones’, ‘mijor será que hilen’, ‘no han menester estas delicadeces’,
‘basta el Paternoster y Avemaría’.
36,1. Tornando a lo que decía, ningún caso hagáis
de los miedos que os pusieren ni de los peligros que os pintaren. […] Quien os dijere que éste es peligro, tenedle
a él por el mesmo peligro y huid de él (y no se os olvide, porque por ventura
havréis menester este consejo); peligro será no tener humildad y otras
virtudes; mas camino de oración camino de peligro, nunca Dios tal quiera. El
demonio parece que ha inventado poner estos miedos […]
*
De
esta manera muchos maestros espirituales hacen mucho daño a muchas almas.
Porque no entendiendo ellos las vías y propiedades del espíritu (...) instruyen
a las almas por otros modos rateros que ellos han usado o leído por ahí, que no
sirven más que para principiantes; que no sabiendo ellos más que para éstos, y
aun esto plega a Dios, no quieren dejar las almas pasar -aunque Dios las quiera
llevar- a más de aquellos principios y modos discursivos e imaginarios, para
que nunca excedan y salgan de la capacidad natural, con que el alma puede hacer
muy poca hacienda. (Juan de la Cruz. Llama de
amor viva, III,31)
¿Qué
pensáis, hijas, que es su voluntad? Que seamos del todo perfectas, que para ser
unos con El y con el Padre, como su Majestad le pidió, mirad qué nos falta para
llegar a esto.
(Morada 5ª,3.7)
Breve
cronología
Acontecimientos
internacionales
1517
Lutero publica sus 95 tesis: inicio
de la Reforma protestante
1526
Los turcos conquistan Hungría
1530
El Papa Clemente VII corona a Carlos
I como emperador del Sacro Imperio Romano- Germánico.
1531
Cisma anglicano promovido por el rey
Enrique VIII
1541
Calvino llega a Ginebra.
1545
Comienza el Concilio de Trento.
Varios años de interrupciones y reanudaciones.
1546
Muere Lutero
1553
Miguel Servet quemado en Ginebra.
1559
El inquisidor Fernando de Valdés
publica el Índice de libros prohibidos.
1563
Finaliza el Concilio de Trento.
Fechas
destacadas en la vida de Teresa de Jesús
1515 28 de
marzo: nacimiento de Teresa de Cepeda y Ahumada.
Hay
un video hermoso que nos sitúa en la época, lo recomiendo:
1528
Muere su madre.
1531
Temporada en el monasterio agustino
Sta. María de Gracia.
1536
Ingresa como novicia en la
Encarnación.
1538
Grave enfermedad. Su padre la saca
del convento. Su tío Pedro le da a conocer el Abecedario del franciscano F. de Osuna
(oración de recogimiento interior)
Se agrava su salud. Se la
llega a dar por muerta.
1540
Mínimamente repuesta, regresa al
convento.
Años de “cumplimiento”,
intereses divididos.
1543
Muere su padre.
1554
Lectura de las Confesiones de S. Agustín. Orientación definitiva de su vida
interior.
1556 Primeros arrobamientos. Bajo sospecha
permanente (¿demonios?)
1560 Recibe el apoyo del asceta franciscano
Pedro de Alcántara.
1562 Primera redacción del Libro de la Vida.
Fundación del primer convento
reformado: San José de Ávila.
1565
Comienza a escribir Camino de perfección.
1567
Fundación del convento de San José de
Medina del Campo.
Conoce a Fray Juan de la Cruz.
1568
Fundación en Malagón. Primer convento
de la reforma masculina en Duruelo.
(siguen más fundaciones, hasta
el final de su vida: Toledo, Salamanca, Pastrana, Alba de Tormes, Sevilla, Palencia…)
1576
Concluye el Libro de las fundaciones y
la Visita de descalzas.
1577
Muere el nuncio Ormaneto, protector
de la reforma teresiana.
Redacta El castillo interior o Las moradas.
1580
Se concede la separación de los
descalzos.
1581
Primer capítulo de los descalzos. El
padre Gracián elegido provincial.
1582
Muere Teresa (4 de octubre, en el
convento de Alba de Tormes).
Algunos
apuntes
Familia. Por parte de padre, familia de raíces judías. [1492: expulsión de
los judíos que no hayan querido convertirse. Y hostigamiento constante de los
cristianos “nuevos”, los conversos, por
‘superficiales’]. En Toledo, el abuelo de Teresa: denunciado, y condenado a
pasearse los viernes con el “sanbenito” (gorro y hábito cargado de cruces).
Compra una hidalguía, documentación, ‘papeles’, que le acrediten como cristiano
viejo: Juan Sánchez de Cepeda, un hidalgo descendiente de un caballero del rey
Alfonso XI. Se trasladan a Ávila, buscando estrenar nueva vida. El padre de
Teresa, Alfonso, prescinde del “Sánchez”. Casa en segundas nupcias con Beatriz
de Ahumada, cristiana vieja, con buena dote, la madre de Teresa. Tienen
numerosa prole.
El padre: caritativo,
íntegro, lecturas piadosas. La madre, gran lectora de libros de caballería (la
hija comparte la afición). Muere joven (1518), Teresa adolescente.
Teresa. De común acuerdo, a los 16 años su padre la recoge en un monasterio
agustino, algo muy habitual para formación de las jóvenes.
1536. Entra en la
Encarnación con oposición de su padre. Un convento bajo regla carmelita
“suave”, un hogar para muchas mujeres solas (algunas conviviendo con sus hijas,
amigas…; en habitaciones compartidas o apartamentos privados, según la
situación económica.)
1538. Gravemente enferma, su
padre va a buscarla para llevarla a una curandera. De camino, se detienen en
casa de su tío Pedro, que le da a conocer el tratado de oración interior de
Francisco de Osuna. Ahí descubre Teresa la posibilidad de interioridad. Lo pone
en práctica y pronto tiene experiencias de “presencia” interior. Pero con el
tiempo lo va dejando. De vuelta al convento, cumple con las prácticas
establecidas, es “buena monja”. Pero el “ruido” la invade, las relaciones,
ocupaciones… Una personalidad que necesita agradar a todo el mundo, quedar bien
con todos.
No está contenta consigo
misma. Nota su ‘superficialidad’. Pero, ahí está. Tampoco encuentra ayuda,
guía… Al contrario: un entorno de espiritualidad centrada en la repetición de
oraciones vocales, de adoración y petición al Dios de los cielos… que ni le
llena, ni sabe qué hacer con todo eso.
1554. Lectura de las
Confesiones de S. Agustín, recién editadas en castellano. Se identifica con su
conversión, llora, la vive en carne propia. Y con decisión retoma la vía de los
“recogidos”, el recogimiento que aprendió de Francisco de Osuna. Comprende que
la polarización ha de ser total, que no puede vivir entre intereses opuestos.
Oración continua. Silenciamiento.
Vive profundas experiencias
de contemplación, algunas en público. Bajo sospecha. Confesores que se oponen
(es acción del “demonio”). Apoyo de otros (Pedro de Alcántara, reconocido
asceta; fray Pedro Ibáñez, dominico, el p. Gracián). Le aconsejan que escriba
su itinerario para que la puedan comprender mejor (1562: Libro de la Vida. Que
más tarde la princesa de Éboli denunciará a la Inquisición, que lo requisa, y
Teresa no lo recupera ya nunca). La obra de Osuna en el índice de libros
prohibidos de 1559 (también la traducción castellana de la Biblia, y muchos
más).
“Contagia” a otras monjas
con el recogimiento interior y la oración silenciosa. En una conversación surge
la idea de crear una comunidad en la que puedan compartir esa práctica, al
estilo del espíritu originario del Carmelo. Con ayuda de amistades y
familiares, encuentran una casa, y en 1562 nace casi a escondidas el convento
de San José. No será reconocido hasta 1564.
Sobre la Orden del Carmen y
la reforma de Santa Teresa
Tiene su origen en el Monte Carmelo (en Palestina –Israel–), lugar sagrado para varias tradiciones religiosas, desde, como mínimo, el siglo IX a.C. Lugar
de acogida de buscadores solitarios
y pequeñas comunidades
contemplativas de distintas fes. Desde
el siglo IV también los eremitas cristianos buscaron la
soledad en aquellos parajes, una tradición que se
vio renovada en el siglo XII,
cuando al finalizar la tercera cruzada, algunos devotos calabreses,
peregrinos o cruzados,
decidieron quedarse y establecerse en el
monte. Aquella comunidad
cristiana de eremitas del Carmelo, de "carmelitas",
recibió el reconocimiento por parte de
Roma bajo unas reglas de vida que pasaron por
más de una redacción. La versión
de 1247 fue la que en el futuro sería considerada
como la "Regla primitiva".
Se trata de un texto breve (no ocupa más de dos o tres hojas): una serie de orientaciones
básicas para favorecer lo esencial: “vivir en obsequio de Jesucristo”.
Unos años
después la orden carmelita se expande por Europa conservando, en parte, el
estilo eremítico y el valor del silencio –rasgos tan característicos de la vida
en la montaña sagrada-, pero incorporando también el apostolado activo propio
de los órdenes mendicantes que en aquel momento florecían con fuerza en una
Europa herida por las desigualdades y la miseria.
¿Había
mujeres eremitas en el monte Carmelo? Se sabe que había contemplativas, desde
el siglo III, en los desiertos de Siria, Egipto, Palestina, Turquía... Son las Ammas, las madres del desierto. Pero no
hay rastro de ellas en el Carmelo. Así pues, la Regla Primitiva es una regla
escrita por hombres, y para hombres. Pero cuando el movimiento llegó a Europa
pronto contó con la incorporación femenina, pues hay noticia de unas
"beatas carmelitas" en Italia, a finales del siglo XIII. Y en 1452 se
produce la aprobación oficial de una regla para monjas carmelitas,
estableciendo para ellas la clausura como era obligado para cualquier comunidad
femenina (de cualquier orden). En España los primeros conventos serían el de
Écija (1450) y el de la Encarnación de Ávila (1515), en el que entraría Teresa
de Jesús en 1536.
Teresa de Jesús funda el primer convento “reformado” en 1562, el de
San José en Ávila. Cristina Kaufmann (figura destacada en la renovación del
Carmelo en el s. XX) subraya que la reforma teresiana busca favorecer las
condiciones para vivir de forma renovada el carisma contemplativo del Carmelo.
En 1567 ven la luz las primeras Constituciones:
“La Santa es consciente de que la norma que tiene que regir la nueva
familia por ella fundada es la Regla primitiva de la Orden del Carmen. Cómo lo
entiende Santa Teresa para sus hijas, lo expone en el Camino de Perfección. Y resumiendo esta doctrina en forma de Constituciones para que quede una
firmeza jurídica de su carisma, redacta unas pocas normas que sirvan de columna
vertebral jurídica. Son de un estilo sumamente sencillo, corto. La Santa
insiste con vehemencia en su epistolario con el P. Gracián y otros ante la
definitiva redacción de las leyes, que éstas fueran esenciales, no pesadas, que
con guardar la Regla ya se hacía bastante. (…) Como mujer, no podía intervenir
directamente en la redacción y tuvo que dejar este cometido al Capítulo de sus
frailes. Ella hizo una especie de encuesta entre las hermanas y luego lo
comunicaba al P. Gracián para que éste lo llevara al Capítulo. Insiste en que
no se pongan preceptos menudos y complicados. (…) Teresa tiene necesidad
urgente de ver unas Constituciones escritas e impresas para que su obra quede
bien asegurada de falsas interpretaciones, de los antojos de cada priora, de
los humores cambiantes de los superiores que después vinieren. [1]
En 1581, un año antes de morir,
tuvo que ver cómo se modificaban las Constituciones quedando reforzados y
ampliados aspectos normativos y jerárquicos.
Taller Santa Teresa. CEDI. 4-6 septiembre,
2015
Pues
es ansí que tenemos el cielo dentro de nosotros (CP 50,1)
… dice: ‘Yo estoy en ellos’. (Morada 7ª, 2.9)
Mirad
que convida el Señor a todos; pues es la Verdad, no hay que dudar. Si no fuera
general este convite, no los llamara Dios a todos… (CP 32,7)
- ¿Qué creo que quieren decir estas
afirmaciones? ¿Son algo más que metáforas?
- …
todos… ¿me incluyo? ¿lo considero
una posibilidad real?
- Si me parece que sí, que esa es una
posibilidad real,
->
¿estoy en camino?
->
¿todavía no? … ¿por qué?
- Si no tengo el convencimiento de que sea
una verdadera posibilidad, ahora y aquí,
->
¿qué me hace dudar?
->
¿no es posibilidad real para nadie “normal”, o no lo es para mí?
->
¿por qué no yo?
->
quizás… hipotéticamente… pero en la realidad… no es posible… (¿por qué?)
**
Para ayudarnos en la reflexión, algunos
textos que insisten en la misma posibilidad.
Aquello que llamamos Brahman es el espacio exterior
al ser humano, el espacio exterior. Es el espacio interior del ser humano, el
espacio interior. Es el espacio interior del corazón, pleno e inmutable.
Luz que supera todo esplendor, luz que brilla sobre
la Tierra y más allá de los más altos cielos. Ésa es la luz que brilla en
nuestro propio corazón. Todo es, en verdad, Brahman. Es el origen, el fin y la
subsistencia de todo. Como tal, en silencio, veneradle.
Es mente y vida, es luz y verdad, es el espacio
infinito. De él son todas las actividades, todos los deseos, todos los
perfumes, todos los gustos. Abraza el universo y, en silencio, descubrirás que
es amor hacia todo.
Más pequeño que un grano de arroz, o que un grano
de cebada, o que un grano de mostaza, más pequeño que un grano de escayola,
habita en mi corazón.
Más grande que la Tierra, más grande que la
atmósfera, más grande que el firmamento, más grande que los cielos, más grande
que todos los mundos, habita en mi corazón. Abraza al universo entero y, en
silencio, sabrás que es Amor hacia todo.
Es mi Atman, es Brahman. Habita en mi corazón. (Chândogya Upanishad, s.
VII a.C.)
La conciencia en sí, el
Ser, la Vida, Dios, no importa el nombre que se le dé, tiene que ser experimentado, no comentado. No es un objeto que pueda reconocerse y almacenarse en la memoria. Más
bien está en el ahora y en lo que se siente. Tiene más que ver con el “cómo”
que con el “qué”. Está en la cualidad, en el valor; siendo el origen, está en
todo.
Es el fundamento, el sostén último de todo cuanto existe, al igual que
el oro es la base de todas las joyas de oro. ¡Y es tan íntimamente nuestro!
(Sri Nisargadatta)
El pensar y el sentir de la función-ego
tienen el volumen subido porque pretende ser exclusivo. Para conseguir la
exclusiva sube más y más el volumen, hasta lograr que sea imposible reconocer
los susurros y conmociones que resuenan desde nuestro nivel silencioso. Por
tanto, hacer el camino es bajar el volumen de la egocentración, callarla y
reconocer la presencia de la luz y el calor del silencio; no es ni matar ni
negar nada.
El
camino a la cualidad es el camino de la transformación que se precisa para
hacerse apto para sentir la presencia plena de todas las cosas.
(M. Corbí. Por los caminos del silencio, p. 41)
Conocerse
Primera
Morada
1ª, 1.1: ... Para comenzar con algún
fundamento, se me ofreció lo que ahora diré, que es considerar nuestra alma
como un castillo todo de un diamante u muy claro cristal (...) No hallo yo cosa con que comparar la
gran hermosura de un alma y la gran capacidad
[...]
1ª, 1.2: No
es pequeña lástima y confusión que por nuestra culpa no entendamos a nosotros
mesmos ni sepamos quién somos. ¿No sería gran ignorancia, hijas mías, que
preguntasen a uno quién es y no se conociese ni supiese quién fue su padre, ni
su madre, ni de qué tierra? Pues si esto sería gran bestialidad, sin
comparación es mayor la que hay en nosotras cuando no procuramos saber qué cosa
somos, sino que nos detenemos en estos cuerpos, y ansí, a bulto, porque lo
hemos oído sabemos que tenemos alma; mas qué bienes puede haber en esta alma u
quién está dentro de esta alma u el gran valor de ella, pocas veces lo
consideramos.
1ª, 2.9: No sé si queda dado bien a entender, porqué
es cosa tan importante este conocernos, que no querría en ello huviese jamás
relajación, por subidas que estéis en los cielos […]; pues mientras estamos en
esta tierra no hay cosa que más nos importe que la humildad. Y ansí torno a
decir que es muy bueno y muy rebueno tratar de entrar primero en el aposento
adonde se trata de esto que volar a los demás, porque éste es el camino. Y a mi
parecer jamás nos acabamos de conocer, si no procuramos conocer a Dios.
1ª, 2.10: […] nuestro entendimiento y voluntad se hace
más noble y aparejado para todo bien, tratando a vueltas de sí con Dios, y si
nunca salimos de nuestro cieno de miserias es mucho inconveniente. [...] nunca
el corriente saldrá del cieno de
temores, de pusilanimidad y covardia, de mirar si me miran, si yendo por
este camino me sucederá mal, si será sobervia, si es bien que un persona tan
miserable trate de cosa tan alta, [..] si no voy por el camino de todos, que no
son buenos los estremos [...]
1ª, 2.11:
¡Oh, válame Dios, hijas, qué de almas deve el demonio de haver hecho
perder mucho por aquí! Que todo esto les parece humildad y otras muchas cosas
que pudiera decir, y viene de no acabar de entendernos; tuerce el propio
conocimiento, y si nunca salimos de nosotros mesmos, no me espanto que esto y
más se puede temer.
La humildad del guerrero
Un
guerrero se acepta con humildad así como es, no como base para lamentarse, sino
como base para su lucha y su desafío. Nos demoramos mucho para comprender eso y
vivirlo por entero. Yo, por ejemplo, odiaba mencionar la palabra humildad. Soy
un indio, y los indios siempre hemos sido humildes y no hemos hecho nada más
que agachar la cabeza. Yo pensaba que la humildad no tenía nada que ver con el
camino del guerrero. ¡Me equivocaba! Ahora sé que la humildad del guerrero no
es la humildad del pordiosero. El guerrero no agacha la cabeza ante nadie,
pero, al mismo tiempo, tampoco permite que nadie agache la cabeza ante él.
[…]
Buscas la confianza del hombre común, cuando deberías buscar la humildad del
guerrero. Hay una gran diferencia entre las dos, […] la humildad implica ser
impecable en los propios actos y sentimientos. (C. Castaneda)
Humildad o conocerse
La humildad no es ni "encogimiento"
que rehúye reconocer la grandeza de la condición humana, ni movimientos
psíquicos en la zona de las culpabilidades que no hacen más que agrandar la
ciénaga en la que vive el sapo. Hay malos guías, que enseñan a ser "sapo,
contento en sólo cazar lagartijas" (LV 13.3) Andar con el entendimiento
"amontonando pecados para ver que no lo merece" es "ruido",
impedimento (LV 15.6) La verdadera vía, por el contrario, transita por una
humildad que es libertad, en la que la Majestad "espera a que vuele el
sapo por sí mesmo" (LV 22.13) Por una humildad que es conocimiento de sí
mismo en el que el contacto con la luz deshace la falsa consistencia del yo:
no es menester andar rastreando cosas para
sacar humildad y confusión, porque el mesmo Señor la da de manera bien
diferente de la que nosotros podemos
ganar con nuestras consideracioncillas, que no son nada en comparación de una
verdadera humildad con luz que hace una
confusión que hace deshacer. (LV 15.14)
Humildad
y desasimiento son hermanas, una y otra diluyen el soporte de un sujeto que
actúa, piensa y siente desde su solidez. El camino avanza profundizando en el
reconocimiento y en la "reducción", hasta alcanzar aquella verdadera
y absoluta humildad y auténtico desasimiento que resultan de la experiencia cognitiva
silenciosa misma.
Todo
darle vueltas al "yo" es pérdida de tiempo y de energía. Aquí la
memoria en lugar de ponerse al servicio del recuerdo de sí, de la revisión del
comportamiento, arrepentimientos, etc., presta una ayuda muy distinta:
instrumenta el recuerdo del objetivo hacia el que se tiende, lo pone en frente.
La memoria no recrea el pasado (el sujeto que ya ha sido, en ninguna de sus
formas) sino que da fuerza al futuro, a la esperanza, a la posibilidad de ser.
Juan de la Cruz es un gran formulador de la memoria transmutada en el poder de
la esperanza, mientras que Teresa de Jesús no deja de recordarlo en ninguna de
sus obras.
No
pierde ocasión para enseñar que en la "verdadera humildad" se juega
todo. No puede ser menos cuando "humildad es andar en Verdad",
"Dios es suma Verdad", "plega a Dios nos haga la merced de no
salir jamás de este propio conocimiento" (M 6ª, 7.10). Humildad es, pues,
reconocimiento de la propia naturaleza esencial, capaz de Absoluto. Es quizás
el aspecto en el que más insiste a lo largo de las Moradas: atreverse a
reconocerse a sí mismo como un castillo de puro cristal, como un diamante, como
la mismísima Majestad. Esa es la puerta de entrada y el fundamento de todo el
camino: la permanente consideración de quién somos, de qué es ese castillo y de
la naturaleza de la Majestad.
La propuesta de Teresa de
Jesús
Primeros
pasos:
-> comprender la posibilidad. Reflexión,
lecturas, darle vueltas…: no soy el “personaje”, no soy el “papel” que
represento en la obra y con el que me identifico.
Soy… un pedacito de infinito, soy el sin-límites,
soy amor ilimitado, profunda paz…
Comprender
porqué podemos afirmar algo así. Darle vueltas. Comprender que no es chulería
(orgullo, autosuficiencia, etc.)
Lo vea yo o no,
me entere yo o no, aquí, en cada momento, en mí, en todo y en todos los que me
rodean… está patente el infinito, Presencia infinita, la plenitud.
Que pueda verlo.
Que pueda vivirlo. Que no malgaste la única oportunidad que tengo: ésta, mi
vida. ¡Que no lo obstaculice yo!
COMPRENSIÓN
QUE ES HUMILDAD (la ”humildad del guerrero” –C. Castaneda)
Darnos cuenta de
que es posible situarnos en ese “modo” de vida. Pero que no va sólo. Algo habrá
que hacer para cambiar de registro. Y lo primero será simplificar, no estar
invadidos de nuestro monólogo alimentado permanentemente de quehaceres,
expectativas, proyectos, miedos… Por tanto,
->
desembarazarse. DESASIMIENTO Y AMOR (ocupar las capacidades
interesándose por otros es la vía ancha para “desembarazarse”, para bajar el
volumen de los intereses del ‘yo’.
Con DETERMINADA
DETERMINACIÓN. Alimentar la comprensión, el convencimiento de que está en nuestras
manos, la confianza en que no es para seres especiales, que es para todos.
Siempre que nos determinemos a ello…
En
camino:
No podemos ir “divididos”. Han de participar
todas las capacidades, tenemos que apostar con todo lo que somos: mente,
sentir, acción,… todo.
En el siglo XVI, las capacidades, las
“potencias” son:
- MEMORIA
- ENTENDIMIENTO
- VOLUNTAD
-> El arte será que esas “potencias” dejen
de funcionar tal como tienen por costumbre.
“Desacostumbrarlas” de estar permanentemente
sosteniendo mi identidad personal, alimentando mis deseos y mis expectativas.
“Acostumbrándolas” a mantenerse al servicio
de esa apuesta por “ver”, por mantenerse en atención silenciosa hacia “eso”
(Majestad) que casi ni se intuye.
Sobre
el papel del entendimiento. Entendimiento, voluntad, amor
Porque
me he alargado mucho en decir esto en otras partes, no lo diré aquí; sólo
quiero que estéis advertidas que para aprovechar mucho en este camino y subir a
las moradas que deseamos, no está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho,
y ansí, lo que más os dispertare a amar, eso haced. (M 4, 1.7.)
Es
disposición para poder escuchar que procuren no discurrir, sino a estarse
atentos qué obra el Señor en su alma. […]
Si
este Rey aún no entendemos […] no nos hemos de estar bovos, que lo queda harto
el alma y más inquieta la imaginación con la fuerza que se ha hecho a no pensar
nada. (M 4, 3.5.)
Que
pues Dios nos dio las potencias para que con ellas trabajásemos, no hay porqué
las encantar, sino dejarlas hacer su oficio. Lo que entiendo que más conviene
[…] es que sin ninguna fuerza ni ruido procure atajar el discurrir del
entendimiento, mas no el suspenderle, ni el pensamiento; sino que es bien
que se acuerde que está delante de Dios y quién es este Dios (M 4, 3.8.)
M6,
7.7. [...] muchas veces ha menester ser ayudada del entendimiento para
encender la voluntad. 7,8. Y notad, hermanas, este punto que es importante.
Está el alma deseando emplearse toda en amor, y querría no entender en otra
cosa; más no podrá aunque quiera, porque aunque la voluntad no esté muerta,
está mortecino el fuego que la suele hacer quemar, y es menester quien le sople
para echar calor de sí. ¿Sería bueno que se estuviese el alma con esta
sequedad, esperando fuego del cielo […]? No, por cierto, ni es bien esperar
milagros.
7.9.
[...] Ansí, cuando no hay encendido el fuego que queda dicho en la
voluntad ni se siente la presencia de Dios, es menester que la busquemos,
que esto quiere su Majestad –como lo hacía la esposa de los Cantares-, y que
preguntemos a las criaturas quién las hizo [...] y no nos estemos bovos
perdiendo tiempo por esperar lo que una vez se nos dio.
7.10.
Ya sabéis que discurrir con el entendimiento es uno, y representar la
memoria a el entendimiento verdades es otro.
7.12.
Y si esto no hace, es bien que lo procure hacer, que yo sé que no lo empidirá
la muy subida oración; y no tengo por bueno que no se ejercite en esto muchas
veces.
CP 50,1.
[…] Sólo esto es lo que querría dar a entender: que para irnos acostumbrando a
con facilidad ir asigurando el entendimiento para entender lo que habla y con
quién habla, es menester recoger estos sentidos esteriores a nosotros mesmos
y qué les demos en qué se ocupar, pues es ansí que tenemos el cielo
dentro de nosotros, pues el Señor de él no está.
Taller Santa Teresa. CEDI. 4-6 septiembre,
2015
Sobre la memoria. Una práctica
Toda la vida estamos repitiendo los mismos
esquemas, en gran parte sin ni darnos cuenta de ello. Actitudes,
respuestas, pensamientos interiorizados
desde la infancia… “Hasta que uno no se tropieza con las dificultades y las
mira a fondo, no descubre la importancia de cómo está funcionando con unos
condicionamientos que le han venido del exterior, que se le han ido imponiendo
dentro y que luego sin darse cuenta va girando con lo mismo, lo mismo y lo
mismo.
Entonces
descubrí un nuevo uso de la autosugestión. Descubrí que la autosugestión no es
para engañarse a sí mismo, haciéndose creer una cosa que no es, sino que hay un
sentido muy noble en el condicionamiento consciente y deliberado, que es
afirmar la verdad. Afirmar la verdad de que uno es unas cualidades básicas y
desea vivir eso; y además crear el mensaje consciente dirigido al inconsciente
de que uno quiere vivir toda la realidad que hay dentro: ‘quiero saber lo que
hay en mí, que lo pueda vivir, conscientemente’. Es decir, es un
condicionamiento para descondicionarse, o una negación de la idea de
ignorar. (Antonio Blay. Despertar, p.84)
P: No me veo a mí mismo como usted me ve, ¿qué
debo hacer?
M: A un príncipe que se cree mendigo, sólo
puede convencérsele de un modo: tiene que comportarse como un príncipe y ver lo
que sucede. Compórtese como si fuera verdad lo que yo digo; y juzgue por lo que
realmente suceda. […] Compórtese como si fuera la conciencia pura. More en
ella, piense en ella, aprenda a aceptar la realidad de la conciencia pura. No
se oponga a ella, no la niegue todo el tiempo; al menos tenga una mente
abierta. Haga que el cuerpo y la mente expresen lo real que está en todo y más
allá de todo. Tendrá éxito haciéndolo, no discutiendo. (Nisargadatta. Yo soy Eso, 348-349)
**
Ejercicio:
Pensaremos en nosotros, o mejor dicho, nos “miraremos”,
procurando ver esa existencia una, infinita, que nos embarga. “Eso” que somos.
Como confiando en ello. Observamos el existir, más allá de la conciencia de
individualidad. Y ayudándonos con la frase o expresión que prefiramos,
procuraremos que nos “empape”. Pondremos a trabajar nuestra “memoria”, nuestra
capacidad de recuerdo y proyección, para que todo nuestro cuerpo, todo nuestro
ser ‘recuerde-desee’ lo que en verdad es. Ser lo que en verdad se es.
- Momentos de recoger la atención, dirigiéndola
hacia la respiración.
- Cuando podamos, nos “miramos”: giramos la
atención hacia nosotros. Hacia la vida que late, aquí, en mí.
Contemplo la vida,
infinita, aquí presente.
Los distintos
sentidos, activos. En mí, en los demás.
La capacidad de
pensar, el funcionamiento del cerebro, el habla, el movimiento.
La capacidad de
sentir, las distintas emociones.
La de actuar.
Todo es donación.
Aquí, en mí, en ti, en cada uno.
Contemple la vida como
infinita, indivisa, siempre presente, hasta que se dé cuenta de que es uno con
ella.
Todo es el Ser, todo es mi
propio ser. Con toda certeza, verme a mí mismo en todos y a todos en mí mismo
es amor. (Nisargadatta)
Que te conozcan como yo te
conozco. Que sean uno, como Tú y yo somos uno.
(Jn. 17: 3, 11)
Es mente y vida, es luz y verdad,
es el espacio infinito.
Más grande que todos los mundos,
habita en mi corazón
Abraza el universo y, en silencio,
descubrirás que es amor hacia todo.
(Chândogya
Upanishad)
Elegimos una de las
expresiones. Nos quedamos con ella, que nos empape. La miramos.
Nos miramos desde lo
que nos está transmitiendo; desde nuestra verdadera posibilidad de ser, y no
eternamente atados a nuestros hábitos y condicionantes.
Alimentamos el deseo
de situar nuestra vida ahí, en esa actitud consciente.
Taller Santa Teresa. CEDI. 4-6 septiembre,
2015
Sólo esto es lo que querría dar a entender: que para irnos
acostumbrando a con facilidad ir asigurando el entendimiento para entender lo
que habla y con quién habla, es menester recoger estos sentidos esteriores a
nosotros mesmos y qué les demos en qué se ocupar, pues es ansí que tenemos el
cielo dentro de nosotros, pues el Señor de él no está. (CP
50,1)
Sólo os ruego lo provéis,
aunque os sea algún travajo, que todo lo que no está en costumbre le da. (CP
50,2)
Entregue su corazón
y su mente a incubar el “soy”. Qué es, cómo es, cuál es su origen, su vida, su
significado. Es muy parecido a cavar un pozo. Usted rechaza todo lo que no es
agua hasta que llega al manantial que da la vida. (Nisargadatta, p.548)
________________________________________________________________________
Se requiere un uso de las facultades en atención
sostenida, en atención bien despierta hacia el interior. La atención
silenciosa sostenida de las facultades, no es "costumbre", cuesta
mucho más trabajo que la repetición de oraciones. Las facultades no saben hacia
dónde dirigirse, como explorar más allá de las palabras... "sólo os ruego
lo provéis" —insiste la maestra—.
En recogimiento interior, pero
ofreciéndoles puntos de atención hacia los que dirigirse. No se trata de dejar
el "entendimiento bovo perdiendo el tiempo" (M 6ª, 7.7) a la espera
de la noticia, de la intuición (del "fuego encendido") sino salir en
su busca, "considerando" qué es la realidad, "preguntando a las
criaturas", y a uno mismo, escudriñando. No pretender "suspender el
entendimiento", dejándolo "bovo o frío" (LV 12.5). Esa
"suspensión" llegará por sí misma, quizás, en determinados momentos.
Pero de lo que se trata es de “reeducar” las capacidades: de un uso exclusivo
en permanente actividad, al servicio del ‘mundo’ y de la vida, trabajar para
afinarlas pacientemente en su capacidad de reconocimiento de la sutilidad, de
lo inefable, del más allá de toda forma y construcción, de ese Todo que
desborda... "No es silencio de las potencias sino encerramiento de ellas
en sí mesma" (CP 49.3): "llámese recogimiento porque recoge el alma
todas las potencias y se entra dentro de sí con su Dios" (CP 47.1). La
cognición entera tendida hacia ese fondo sin forma, hacia ese más allá de las
palabras, donde se reconoce la grandeza del más allá de la propia
construcción...
E insiste: "entended que
esto no es cosa sobrenatural, sino que podemos nosotros hacerlo" (CP
49.3). "No creáis si no sois para estotro, y creed que digo verdad —porque
he pasado por ello— que lo podréis hacer" (CP 43.1). Ahí está la maestra
en su papel, empujando, transmitiendo fuerzas y confianza, apuntando hacia el
lejano horizonte anunciando: "tranquilas, podéis, si yo pude..." Sólo
una cosa importa: la "determinada determinación" de no cejar, de
seguir, de apostarlo todo. "Comenzad con seguridad":
es como uno en una
batalla, sabe que si le vencen no le perdonarán la vida, y que ya que no muera
en la batalla, ha de morir después; a mi parecer que peleará con mucho más
ánimo y no temerá los golpes [...] Pelead con ánimo. Es muy necesario que
comencéis con gran siguridad en que, si peleáis con ánimo y no os dejando
vencer, que saldréis con la empresa; esto sin ninguna falta: por poca ganancia
que saquéis, saldréis muy rico (CP 39.5)
La
imagen es plástica, vívida: sin pelea, sin empeño, no hay verdadera vida, se
acepta la derrota de antemano. Se trata de comprender que no hay nada que perder,
que compensa jugárselo todo. Cualquier movimiento de descentramiento del yo, de
atención silenciosa, recibe “noticia” del ámbito de profundidad; por tenue que
sea ésta, "saldréis muy rico": el valor del sabor de la verdad.
Recogimiento, consideración,
oración mental... La propuesta de Teresa de Jesús es avanzar en el
conocimiento-realización de la verdadera naturaleza humana: superando los
límites de la construcción egocentrada del yo y del mundo, tomar conciencia
"de que en verdad hay otra cosa más preciosa sin ninguna comparación
dentro de nosotras" (CP 48.2). Y vivir "siéndolo". Superando los
miedos a los juicios externos. Y el propio miedo interior a apartarse de
territorios seguros.
Otorga una gran importancia
—toda— a llegar a asumir la propia posibilidad. "Que estás en el cielo...,
¿qué es el cielo?". El propio interior del ser humano. Importa mucho y
todo "que no nos imaginemos huecas en lo interior" (CP 48.2).
Aprender a reconocer el ámbito inefable de la existencia, directamente,
inmediatamente, ahí donde se le puede encontrar: en la propia experiencia de
conocimiento, transformadora. Búsqueda, deseo, dedicación, petición... que
sitúa al ser en el "reino"... "Comienza ya a darnos su reino
aquí [...] que es un ponerse el alma en paz, [...] entiende por una manera muy
fuera de entender con los sentidos exteriores que está ya junta cabe su Dios
que con un poquito más estará ya hecha una mesma cosa con Él por unión"
(CP 53.2). Es un "entender" de otro orden, en el que las "potencias
no están perdidas pero no querrían bullirse", no les da pena nada, en
verdadera quietud, el "entendimiento tan remontado que parece no es en su
casa aquello que pasa" (CP 53.4). Y así es ya que el reconocimiento no se
produce en la "casa del entendimiento", de la razón y los conceptos,
sino en el ámbito del conocimiento silencioso.
¿Cómo practicar ese
recogimiento? Aplicando "diligencias y artificios", tantos como haga
falta. Hay que conocer la propia mente, trabajar con realismo: "para entendimientos concertados y
almas que están ejercitadas y pueden estar consigo mesmas, hay tantos libros
escritos y tan buenos que sería yerro hiciéreis caso de mi dicho. Mas de lo que
yo querría dar algún remedio [...] es de unos entendimientos que hay tan
desbaratados que no parecen sino unos cavallos
desbocados que no hay quien los haga parar" (CP 30,2). Para algunas la
dificultad de concentración será tal, que saldrán ganando sin abandonar nunca
la repetición sosegada de oraciones vocales. Otra vez aparece la maestra,
animando a adentrarse lo más posible en un uso de las capacidades con los
mínimos soportes pero sabiendo que las naturalezas son distintas y la
des-sujeción ha de apoyarse en la realidad de cada uno. Todo lo que ayude a
silenciar el yo servirá: "no digo yo
que quede por vosotras, sino que lo provéis todo...", (CP 28.1).
Taller Santa Teresa. CEDI. 4-6 septiembre,
2015
Acaecióme
a mí una ignorancia al principio, que no sabía que estava Dios en todas las
cosas y, como me parecía estar tan presente, parecíame imposible. Dejar de
creer que estava allí no podía, por parecerme casi claro havía entendido estar
allí su mesma presencia. (LV 18.15)
Soy
tan amiga de este elemento [el agua], que le he mirado con más advertencia que
otras cosas, […] aunque creo que en cada cosita que Dios crió hay más de lo que
se entiende, aunque sea una hormiguita. (M 4,2.2.)
Reconocer es hacerse presente a todas y cada una de
las cosas para que las cosas se le hagan presentes a uno.
Reconocerlas no supone ni exige saber muchas cosas
de ellas, supone sólo saber que están ahí, frente a mí y conmigo con todo el
peso de su ser y su incógnita inagotable.
Reconocer es hacer presente todo mi ser, con todas
sus facultades, a algo que se me hace presente con toda su autonomía y su misterio.
Reconocer es una comunión de presencias.
La comunión de presencias, ¿no es amor?
Esa es la inconmensurable belleza de nuestro
destino.
(M.
Corbí. El camino interior, p.208)
Salir fuera, estar, pasar horas… pero no sólo “de paseo”…
Atendiendo, con todas las facultades, con todo el ser. Creando espacio,
“desocupándolo” de ideas, proyectos, ocupaciones. Estando de verdad, sabiendo
que en todo ‘hay más de lo que se entiende’, aunque yo todavía no pueda percibirlo.
Me puedo detener ante
una planta, un sonido, el aire, agua,… Detenerse ante algo, tomar conciencia de
su presencia, de su existir.
Estás
tratando con la inmensidad. Aquí, alrededor de nosotros, está la eternidad
misma. Reducirla a una tontería manejable es un acto despreciable. ¡Mira! ¡aquí
está la eternidad!
(C. Castaneda.
Relatos de poder, p.50)
Taller Santa Teresa. CEDI. 4-6 septiembre,
2015
Negociar poco a poco con las
facultades
CP 30,1. Para
entendimientos concertados y almas que están ejercitadas y pueden estar consigo
mesmas, hay tantos libros escritos y tan buenos, y de personas tales, que sería
yerro hiciésedes caso de mi dicho en cosas de oración.
CP 30,2. Mas de lo que yo querría tratar y dar algún
remedio, si Dios quisiese acertase (y si no, al menos que entendáis hay muchas
almas que pasan este travajo, para que no os fatiguéis las que al principio le
tuvierdes, y daros algún consuelo en él), es de unas almas que hay, y de unos
entendimientos tan desbaratados, que no parecen sino unos cavallos desbocados
que no hay quien los haga parar: ya van aquí, ya van allí, siempre con
desasosiego.
CP 42,2. ¡Oh almas que no podéis tener mucho discurso
de entendimiento, ni podéis tener el pensamiento en Dios, sin mucho divertiros [distraeros]!,
acostumbraos, acostumbraos; mirad que sé yo que podéis hacer esto, porque pasé
muchos años por este trabajo de no poder sosegar el pensamiento en una cosa,
más sé que no nos deja el Señor tan desiertos que si llegamos con humildad no
nos acompañe. Y si en un año no pudiéremos salir con ello, sea en más.
CP 43,3. También es
gran remedio tomar un buen libro de romance, aun para recogeros para rezar
vocalmente, y poquito a poco ir acostumbrando el alma con halagos y artificio
ara no la amedrentar. Haced cuenta que ha muchos años que se ha ido huida y que
hasta que quiera tornar a su casa es menester mucho saberlo negociar; [...]
tenemos tan acostumbrada nuestra alma y pensamiento a andar tan a su placer –u
pesar, por mejor decir–, que […] para acostumbrarse a estar en su casa es
menester mucho artificio y que sea con amor y poco a poco; si no nunca haremos
nada.
Del Libro de la Vida:
8.5. [...] De lo
que yo tengo espiriencia puedo decir, y es que, por males que haga quien la ha
comenzado, no la deje…
8.7. [...] muy
muchas veces, algunos años, tenía más cuenta con desear se acabase la hora que
tenía por mí de estar, y escuchar cuando dava el relox, que no en otras cosas
buenas;
[...]y la tristeza
que me daba en entrando en el oratorio, que era menester ayudarme de todo mi ánimo
para forzarme, y en fin me ayudava el Señor. Y después que me havia hecho esta
fuerza, me hallava con más quietud y regalo que algunas veces que tenía deseo
de rezar.
8.13.
[...] Buscava remedio, hacía diligencias;
9.5. Para las que
van por aquí es bueno un libro para presto recogerse. Aprovechávame a mí también ver campo u agua, flores; en
estas cosas hallava yo memoria del Criador, digo que me despertavan y recogían
y servían de libro.
11.9. De los que
comienzan a tener oración, podemos decir son los que sacan el agua del pozo,
que es muy a su travajo, como tengo dicho, que han de cansarse en recoger los
sentidos; que como están acostumbrados a andar derramados, es harto travajo.
Han menester irse acostumbrando a no se les dar nada de ver ni oír. [...]
11.18. Ansí que
torno a avisar que importa mucho que de sequedades, ni de inquietud y
destraimiento en los pensamientos, naide se apriete ni aflija. Si quiere ganar
libertad de espíritu y no andar siempre atribulado, comience a no se espantar
[…]
12.4. Pues esto es
lo que podemos. Quien quisiere pasar de aquí y levantar el espíritu a sentir
gustos que no se los dan, es perder lo uno y lo otro, a mi parecer, porque es
sobrenatural. Y como este edificio todo va fundado en humildad, mientras más
llegados a Dios, más adelante ha de ir esta virtud, y si no, va todo perdido.
12.5. [...] En la
mística teología que comencé a decir, pierde de obrar el entendimiento, porque
le suspende Dios, como después declararé más, si supiere y Él me diere para
ello su favor. Presumir ni pensar de suspenderle nosotros, es lo que digo no se
haga, ni se deje de obrar con él, porque nos quedaremos bovos y fríos, y ni
haremos lo uno ni lo otro; que cuando el Señor le suspende y hace parar, dale
de que se espante y se ocupe y que sin discurrir entienda más en un credo que
nosotros podemos entender con todas nuestras diligencias de tierra en muchos
años. [...] Cuando su Majestad quiere, en un punto lo enseña todo, de manera
que yo me espanto.
13.3. [...] en este
primer estado es menester irse más atados a la discreción y parecer de maestro;
mas han de mirar que sea tal que no los enseñe a ser sapos, ni que se contente
con que se muestre el alma a sólo cazar lagartijas.
22.12. [...] con
libertad se ha de andar en este camino puestos en las manos de Dios
22.13. [...] ¡que
cuando Él quiere, espera a que vuele el sapo por sí mesmo!
En presencia del maestro interior
40, 3. Ya sabéis que enseña el maestro celestial orar
a solas, que ansí lo hacía Él siempre que orava. […] 40,4. Supuesto esto que ha de ser a solas,
bien es consideremos somos cada una de nosotras a quien enseñó esta oración el
Señor y que nos la está mostrando, pues nunca el maestro está tan lejos del
discípulo que sea menester dar voces, sino muy junto.
42,1. […] representad al Maestro junto con vos y
mirad con qué amor y humildad os está enseñando. Y creedme, cuando pudierdes,
no andéis sin tan buen amigo. Si os acostumbráis a traerle cabe vos, […] no os
faltará para siempre, ayudaros ha en todos vuestros travajos, tenerle heis en
todas partes: ¿pensáis que es poco un tal amigo al lado?
42,3. No pido que penséis en Él, ni saquéis muchos
conceptos, ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones en vuestro
entendimiento; no quiero más que le miréis. Pues ¿quién os quita volver los
ojos del ánima a Él? […] Mirad que no está aguardando otra cosa sino que le
miréis; como le quisierdes, le hallaréis. Tiene en tanto que le volváis a
mirar, que no quedará por diligencia suya.
Taller Santa Teresa. CEDI. 4-6 septiembre,
2015
El maestro interior
Dentro y fuera… no hay mota de existencia que
no revele la Presencia una, plena, inefable… Presencia que se puede llegar a
sentir y palpar con todo nuestro ser. Fuera y dentro…
En
el propio interior es la intuición de ese nivel profundo, que no es mi ego con
sus monólogos, discursos, proyectos… Cuando silenciamos todo eso, puede hacerse
presente esa “certeza” pacífica, honda, que no es una entidad distinta de mí
misma/o. “Mi verdadero ser”, atman,
el “sí mismo”, “todo lo que en verdad soy”… Procurar hacerle presente ayuda a
minimizar el nivel de la egocentración y a poner la “profundidad” en primer
término. Que esa profundidad nos impregne más y más, nos ‘habite’ de verdad…
Pero no es sencillo, no es sencillo encontrar cómo hacerlo.
P: El maestro interior no se
alcanza fácilmente.
R: Mire usted dentro, y le
encontrará.
P: Cuando miro dentro,
encuentro sensaciones y percepciones, pensamientos y sentimientos, deseos y
temores, recuerdos y expectativas. Yo estoy inmerso en esta nube y no veo nada
más.
R: Eso que ve todo esto, y la
nada también, es el maestro interior. Sólo él es, todo lo demás sólo parece ser. Él es su propio sí mismo;
encuéntrele y aférrese a él y estará a salvo.
P: Le creo, pero cuando se
trata de encontrar efectivamente a este sí mismo interno, encuentro que se me
escapa. (Nisargadatta Marahaj)
El “desdoblamiento” que propone Teresa de Jesús puede ayudar.
“Encarnar” al maestro interior en ese rostro, ese ser, que veneramos, en quien
reconocemos como presencia de sabiduría, de amor… (Jesús, Ramana… O, también,
la presencia de alguien bien querido que despierta en nosotros ese fondo de
amor sin límites).
El
arte (el ejercicio) consiste en lograr recrear su presencia viva. Dedicando
tanto rato como necesitemos a “darle vida”, darle “realidad”. Hasta que nos
movilice interiormente; es esa ‘conmoción’ la que silencia al yo.
Hacer
como el gesto interior de situarse de verdad ante el maestro. Para “despertar”
su presencia, al situar al yo en actitud de verdadera escucha, de querer ver,
de querer comprender, de querer callar.
Con
toda la fuerza de la imaginación, de la atención, hasta donde podamos, cultivar
la actitud de situarse “ante el maestro”… ayudando así a que su eco nos
impregne, nos modifique, nos habite.
Cuanto más nos ejercitamos, con más facilidad
logramos ese desplazamiento de nuestra mente/atención/corazón. Desplazamiento
del ruido del yo, a la escucha atenta, silenciosa, a “eso” que “ahí se dice”,
se muestra y late. Hasta que, realmente, ese “maestro interior” nos acompañe a
toda hora.
Nunca el maestro está tan lejos del discípulo
que sea menester dar voces, sino muy junto.
No pido que penséis en Él, ni saquéis muchos
conceptos, ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones en vuestro
entendimiento; no quiero más que le miréis. Pues ¿quién os quita volver los
ojos del ánima a Él?
Mirad que no está aguardando otra cosa sino
que le miréis; como le quisierdes, le hallaréis. Tiene en tanto que le volváis
a mirar, que no quedará por diligencia suya.
Representad al Maestro junto con vos […] Si os acostumbráis a traerle cabe vos,
[…] no os faltará para siempre, ayudaros ha en todos vuestros travajos, tenerle
heis en todas partes: ¿pensáis que es poco un tal amigo al lado? (CP 42, 1-3)
... que se esté allí con El, acallado el entendimiento (LV, 12,3)
La repetición de
alguna palabra, alguna breve expresión, puede ayudar a mantenernos ahí.
El maestro es la Realidad, lo demás sólo
son sombras. Busca en ti y le encontrarás. Comprenderás que constantemente
estás en comunión con él. No es un ser. Es el ser de todos los seres. (Nisargadatta Marahaj)
EPÍLOGO. El amor como guía
Cuando
yo veo almas muy diligentes a entender la oración que tienen y muy encapotadas
cuando están en ella (que parece no se osan bullir ni menear el pensamiento,
porque no se les vaya un poquito de gusto y devoción que han tenido), háceme
ver cuán poco entienden del camino por donde se alcanza la unión. Y piensan que
allí está todo el negocio. Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor, y que
si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio, no se te dé nada de perder
esta devoción y te compadezcas de ella; y si tiene algún dolor, te duela a ti
[etc.] .... Que si no es naciendo de
raíz del amor de Dios, que no llegaremos a tener con perfección el del prójimo. (Morada
5, 3.11)
¡Oh, hermanas mías […] qué fuera deve estar
de querer ser tenida en nada! Porque si ella está mucho con Él, como es razón,
poco se deve acordar de sí. […] Para esto es la oración, hijas mías, de que
nazcan siempre obras, obras.
4.7. Esta es la verdadera muestra de ser cosa
y merced hecha de Dios, como ya os he dicho; porque poco me aprovecha estarme
muy recogida a solas, prometiendo de hacer maravillas por su servicio, si en
saliendo de allí, que se ofrece la ocasión, hago todo al revés.
4.9. […] porque todo este edificio –como he
dicho- es su cimiento la humildad, y si no hay ésta muy de veras, aun por
vuestro bien, no querrá el Señor subirle muy alto, porque no dé todo en el
suelo. Ansí que, hermanas, para que lleve buenos cimientos procurad ser la
menor de todas y esclava suya […] puniendo piedras tan firmes que no se os caya
el castillo.
4.10. Torno a decir que para esto es menester
no poner vuestro fundamento sólo en rezar y contemplar; porque si no procuráis
virtudes y no hay ejercicio de ellas, siempre os quedaréis enanas; y aun plega
a Dios que sea sólo no crecer, porque ya sabéis que quien no crece, descrece. (Morada 7, 4.6)
* * *
La suprema sabiduría no hay
que buscarla en formas de vida extraordinarias y separadas de lo común; hay que
encontrarla en la vida cotidiana. Los maestros dicen que lo que buscamos está
en las hojas del jardín, en la brisa de los pinos, aquí mismo. También está en
nosotros mismos y en nuestro hacer cotidiano. Está en todas nuestras
investigaciones y en todas nuestras construcciones.
El saber que se sitúa más allá del tiempo, en la
eternidad, está en cada instante; porque sin el instante no hay eternidad. Ahí,
directamente, en la vida cotidiana está lo que hay que ver. Y lo que hay que
ver es nada que ver, pero ¡qué maravilloso!
El camino que aquí mismo conduce al conocimiento
silencioso es un camino sutil, oculto, sin normas fijadas infalibles,
precisamente porque hay que hacerlo aquí mismo, en la misma vida cotidiana con
toda su variabilidad y exuberante diversidad. Hay tantos caminos abiertos como
personas. Es un camino sin huellas porque en realidad es un no camino.
Para caminar por este camino tan sutil que resulta
ser un no camino hay que dejarse guiar por el conocimiento amor, es decir, por
un conocimiento que -al ser silencioso- no es un conocimiento interpretación,
representación, sino un conocimiento compenetración, unificación. Ese conocer
amor es el guía. Pero para oír las orientaciones de semejante guía, para que el
amor desinteresado sea el astrolabio del conocimiento, es preciso haber dejado
atrás todo rasgo de egoísmo. (M.
Corbí. La puerta a la sabiduría, p.313)
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